La selección de Estados Unidos cerró su travesía en la Copa América 2024 con una amarga derrota ante Uruguay, cayendo por la mínima. Sin embargo, el mayor encontronazo no fue con el rival, sino con el árbitro peruano Kevin Ortega, quien se negó rotundamente a darle la mano a Christian Pulisic al finalizar el encuentro, desencadenando un tenso episodio.
Pulisic rompe el silencio tras el partido
Christian Pulisic, el estandarte de los ‘Yankees’, no tardó en manifestar su frustración ante lo ocurrido. "Sinceramente, hoy vi cosas que nunca había visto antes frente a mis ojos y que realmente no puedo creer", declaró el ‘Capitán América’, visiblemente contrariado tras los 90 minutos. El encono hacia el arbitraje de Kevin Ortega era palpable.
El desenlace con Ortega, una perlita que no pasó desapercibida, fue motivo suficiente para que Pulisic lanzara un dardo certero. "No sé lo que le estaban marcando. No sé a qué le estaban llamando. No sé qué hace él, no da ninguna explicación. Hace cosas que no puedo aceptar. No me dio la mano, es normal supongo", añadió en tono irónico.
Un fueguito que prendió con Ortega
El árbitro Kevin Ortega no quiso saber nada con Pulisic al término del encuentro. El delantero del AC Milán, aún con la sangre en el ojo por el gol de Mathías Olivera que Ortega decidió no anular por una presunta posición adelantada, buscó acercarse al juez. El desaire, para muchos, fue la chispa final en una polémica jornada.
Pulisic lanza una fuerte autocrítica
En cuanto al resultado ante Uruguay, Pulisic no se anduvo por las ramas y optó por una autocrítica sin paños tibios: "No es por eso que perdimos, no estamos fuera de este torneo por culpa de los árbitros. Pero, en realidad, acabo de ver cosas que realmente… Quiero decir, no todos pueden admitir que no sé lo que estoy viendo". Frases que encierran un dolor que va más allá de los 90 minutos jugados, reflejando la impotencia y la rabia acumulada.
Christian Pulisic y el tenso momento con Kevin Ortega tras el Uruguay vs Estados Unidos/Foto: X
En resumen, la noche terminó siendo una tormenta perfecta para Pulisic y compañía, donde más allá del gol en fuera de juego, el verdadero "golpe" vino desde la figura del árbitro, que sin dudas tendrá que revisar detenidamente su actuación.