César Bravo tuvo un comienzo de ensueño al mando de Cobreloa. El técnico chileno consiguió un contundente triunfo 4-1 sobre Deportes Copiapó y su meta es clara: mantener al equipo en la categoría. Tras el emocionante partido en Calama, se mostró visiblemente conmovido por esta nueva etapa en su tierra natal, donde forjó su carrera como futbolista.
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Reencuentro con su tierra
“¡Tercera vez la vencida!”, exclamó Bravo al recordar su regreso a Calama. Tras sus años como jugador y una década entrenando el fútbol joven, ahora busca dejar su huella en el primer equipo. “Ahora sí, con las cartas sobre la mesa para armar mi propio plantel. ¡Estoy feliz, estamos todos felices!”, añadió, dejando entrever su emoción.
Desafíos en el horizonte
Bravo es un hombre de retos, y eso se nota en cada palabra que pronuncia. Su vida ha sido un viaje lleno de sacrificios y crecimiento personal, y esta oportunidad es, para él, un paso más en su evolución: “Cuando te llaman de vuelta al lugar que te vio nacer y crecer, la motivación se multiplica. Este es mi momento y no voy a dejarlo pasar”.
El nuevo cuerpo técnico
Bravo no está solo en esta travesía. Junto a Jonathan Cisternas, otra leyenda de los loínos, han trabajado incansablemente para cambiar la mentalidad del equipo. “Al llegar, nos dimos cuenta de que había más por ganar que por perder. Nuestra misión era devolverles confianza y recordarles que son capaces de mostrar mucho más”.
El entrenador ahonda en la importancia de disfrutar el juego: “El fútbol es para gozar, para sonreír. Veíamos a los jugadores tensionados y nuestra meta era verlos reír, verlos fuertes, convencidos de sus capacidades”.
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Rumbo a la salvación
El futuro inmediato de Cobreloa es exigente, con duelos ante Iquique, Universidad Católica y O’Higgins. Pese a estar penúltimos, Bravo mantiene los pies en la tierra: “Son tres finales más. Ayer dimos el primer paso, y aunque el partido con Copiapó fue clave, sabemos que queda mucho por luchar”.
Bravo es consciente de que cada adversario es un mundo diferente, pero confía plenamente en su equipo: “Con la energía que vimos ayer, sabemos que podemos. Este es el desafío, demostrar que ganar no fue cuestión de suerte, sino de preparación y convicción”.
Contrato por ahora, hasta fin de año
El acuerdo de Bravo es hasta el final de la temporada. Sin embargo, hay un trasfondo de compromiso y pasión más allá de cualquier papel firmado: “Por ahora, estamos enfocados en esta etapa. Después veremos, pero el equipo está mentalizado en demostrar su valía”.
Entendiendo que el camino no será fácil, pero respaldados por un análisis minucioso del juego, Cobreloa, bajo la batuta de Bravo, busca no solo salvar la categoría sino también levantar nuevamente el espíritu de una hinchada que sueña con revivir viejas glorias.