¡Qué jornada cargada de adrenalina se vivió, señoras y señores! En el encuentro ante Colo Colo, el talentoso defensor de River Plate, Paulo Díaz, se llevó todos los flashes, aunque no precisamente por una de sus habituales muestras de maestría defensiva.
Bajo el cielo chileno, se hizo la noche para Paulo Díaz
En un partido que venía como para alquilar balcones, el Millonario buscaba imponer su ritmo frenético. Sin embargo, en un desenlace digno de una telenovela, Paulo Díaz vio la roja por una jugada que él mismo describió, sin anestesia, como «una tontería».
Un instante de locura
Corría el minuto 65′ cuando Díaz, en un intento desesperado por recuperar la pelota, cometió una falta que lo dejó fuera de combate. ¡Pum, adiós! El árbitro, sin titubeos, mostró la tarjeta roja y, como diríamos en el barrio, lo mandó a las duchas. «Fue una tontería de mi parte,» confesó el zaguero, con esas palabras llenas de honestidad y autocrítica que tanto lo caracterizan.
Mirá también:Uruguayos de Boca: Goles Memorables en SuperclásicosEl peso de las expectativas
River, al quedarse con un jugador menos, tuvo que remarla en dulce de leche condensada. Cada pelotazo, cada quiebre de cadera, se sintió como un mazazo en las aspiraciones del equipo de Núñez. Pero este es el River de siempre, el de los huevos bien puestos; no bajaron los brazos, no nos dejaron con sabor amargo.
Las repercusiones en el plantel
La salida de Díaz generó un sacudón en el banco de suplentes. Marcelo Gallardo, con su habitual furia controlada, ajustó las piezas como sólo un maestro del ajedrez lo haría. Y sí señores, River no se fue con las manos vacías, rasguñó cada segundo hasta el último minuto del partido, dejando el alma en la cancha.
Reflexiones finales
Díaz, con una autocrítica que lo enaltece, sentenció: «Estas cosas son las que me enseñan a no perder la cabeza y a mejorar cada día». Y así, el fútbol, ese tejido de emociones y enseñanzas, nos deja otra lección para el recuerdo.
Mirá también:Gimnasia deja escapar la victoria y empata con Riestra en casa¡El Millonario sigue en carrera y nosotros, los hinchas, ya estamos afilando las gargantas para el próximo grito de gol! Hasta la próxima jornada, donde la pasión sigue siendo nuestra bandera.