El infierno rojo de Avellaneda sigue ardiendo: ¡Independiente no encuentra la victoria y empata con Barracas Central!
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En una noche electrizante en el Libertadores de América, el Rey de Copas no logró despabilarse y, para la desazón de sus apasionados hinchas, apenas rescató un empate ante un aguerrido Barracas Central. ¡Sí, leyeron bien, hermanos y hermanas de la familia roja!
Un primer tiempo de ida y vuelta
La pelota rodó como si tuviera un trueno en su interior desde el primer minuto. Independiente salió al campo con la sed de victoria que caracteriza a los gigantes, pero rápidamente se encontraron ante un Barracas Central que no vino a pasear sino a hacerles morder el polvo.
- Minuto 15: El Rojo tuvo la primera clara con un cabezazo contundente de Cauteruccio que hizo vibrar los postes. ¡Fue un «uuuuh» que se escuchó hasta en el Obelisco!
- Minuto 23: El visitante no se quedó atrás, y con un remate cruzado desde fuera del área, casi enmudecen el estadio. Su arquero, Rey, estuvo monumental, volando como un superhéroe para desviar el balón.
El golpe anímico del segundo tiempo
Los segundos 45 minutos fueron un hervidero de emociones. Independiente salió con la furia de los dioses del fútbol, pero no lograban romper el cerrojo defensivo de Barracas. El tiempo pasaba, y la ansiedad se hacía carne en cada hincha presente.
- Minuto 67: El «Chaco» Martínez tuvo una jugada que pareció sacada de un sueño. Se llevó la pelota desde la mitad de la cancha, gambeteando rivales como si fueran conos. ¡Pero el disparo final fue contenido por el arquero rival, que parecía tener manos de acero!
- Minuto 80: El partido se transformó en un verdadero ajedrez humano. Los de Avellaneda atacaban con uñas y dientes, pero la defensa de Barracas se mantenía firme como una muralla medieval. Fue entonces cuando llegó un tiro de esquina, la pelota desvió en un mar de piernas y se convirtió en un «¡casi gol!» que quedó ahogado en la garganta del estadio.
- Minuto 90+3: El árbitro finalmente silbó el final del partido y ¡el empate estaba sellado! Las caras largas y las lágrimas eran testigos del esfuerzo inmenso que no alcanzó para romper la sequía de victorias.
Conclusión
El Rojo aún no logra despertar de esta pesadilla en la que se ha sumergido. Pero, como todo hincha sabe, el fútbol tiene revanchas y el corazón de Independiente no deja de latir con fuerza. ¡A no bajar los brazos, que la gloria siempre está a la vuelta de la esquina!