Nuevo episodio de la polémica entre el Barça y Negreira. Esta vez, los protagonistas son el expresidente blaugrana Josep Lluís Núñez y los supuestos pagos a un árbitro de Primera División. El periodista catalán Lluís Canut reveló en el Twitch de Siro López que «Núñez expresó a una persona relacionada con el estamento arbitral su deseo de comprar un árbitro, hasta que encontraron a uno con problemas económicos para pagar las letras de su piso».
La Historia del Presunto Soborno
La polémica continúa con un relato que explica cómo el Barça, a través de la empresa Núñez y Navarro, propiedad del entonces presidente del club, negoció con el banco las letras del piso del árbitro. Supuestamente, se acordó que las letras se pagarían poco a poco en función de los partidos que arbitraba al Barça y ganaban. Una acusación grave que se suma a una lista cada vez mayor de supuestos delitos de pagos del Barça a Negreira.
El Legado de Josep Lluís Núñez
Josep Lluís Núñez, empresario y presidente del Barça desde 1978 hasta el 2000, dejó una marca indeleble en el club. Durante sus 22 años de mandato, el Barça vivió su primera época dorada, coronada con la victoria en la Champions League de 1992, bajo la dirección de Johan Cruyff. Además, consiguió siete ligas y seis Copas del Rey. Sin embargo, la supuesta mancha por los pagos a Negreira también perdurará en la memoria de los aficionados.
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Relevo intentó obtener más detalles del caso a través de Lluís Canut, pero el periodista prefirió no añadir más leña al fuego. Canut se mantuvo en lo ya explicado, subrayando que simplemente contó una anécdota narrada por alguien muy vinculado con el estamento arbitral.
Reflexión Final
Independientemente del desenlace de estas acusaciones, lo cierto es que el Barça sigue siendo un gigante del fútbol europeo, como un titán en la adversidad. Pero esta sombra sobre el legado de Núñez es como una nube que amenaza con empañar uno de los capítulos más gloriosos de la historia del club. La espera de nuevas informaciones, como un suspense en el último minuto del partido, mantiene a todo el mundo alerta.
Esta historia, sin duda, continuará, sosteniendo en vilo a un público que sigue cada giro y vuelta con bateda expectación. Como se suele decir en el fútbol, «La pelota sigue rodando, y quien sabe cuál será el siguiente giro de esta trama».
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