Los dimes y diretes están a la orden del día en Universitario de Deportes. Tras una amarga derrota ante Alianza Atlético, el mediocampista chileno Rodrigo Ureña se encuentra en el centro de la tormenta por un altercado con la hinchada. Aquí te contamos los pormenores.

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El Descargo de Ureña
Rodrigo Ureña decidió romper su silencio para explicar el origen de su enojo. En un gesto que recordó a un capitán valiente plantando cara a sus adversarios, aclaró: «Nunca he estado en contra de la presión. Llegué a esta institución con el firme objetivo de campeonar, y lo logramos. Mi ira no se debe a exigencias, sino a los actos de algunos.»
La Notable Confusión
El último domingo, la historia se desarrolló como un partido de infarto. Ureña relató que ciertos hinchas corrieron hacia el sector de las familias, sembrando el pánico entre los niños, lo cual le recordó a una final de vértigo. «No sabía dónde estaba mi hijo de 5 años», confesó con un tono que denotaba desesperación. Su compromiso y amor paternal quedaron en evidencia al buscar al niño entre la multitud.
El Límite de la Pasión
El chileno no se opone a que los hinchas expresen su descontento, pero dejó claro: «Hay un límite y ese límite es mi familia». Las palabras de Ureña resuenan como una táctica bien estudiada, donde el equilibrio es crucial.
Un Cambio Más Profundo
El reciente cambio de su foto de perfil en Instagram levantó sospechas, pero Ureña aclaró que se debió al luto por su padre. “Solo estuve fuera tres días. Mi compromiso con la ‘U’ es absoluto.” Como un defensa que reacomoda su línea, Ureña volvió al campo con determinación.

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El Futuro de Ureña
Por último, el mediocampista reconoció que se equivocó al expresar un deseo de partida. «El día que toque irme, será con la frente en alto», concluyó, con la seguridad de un delantero frente al arco.
Administración y Medidas
En medio de las especulaciones sobre posibles sanciones al estadio Monumental, Jean Ferrari, administrador del club, refutó dichos rumores. «No ha habido actos que ameriten sanciones», señaló, explicando la naturaleza interna del incidente. Como árbitro en medio del campo, Ferrari mantiene la calma y dirección adecuada.
La historia de Ureña es un recordatorio de que, en el fútbol y en la vida, la pasión y el equilibrio son vitales para jugar un buen partido. ¡Seguimos al tanto, atentos a la próxima jugada!
