Sporting Cristal 2-1 ADT: Los del Rímac supieron convertir la angustia en alegría pura. En un estadio Alberto Gallardo que parecía un desierto, los ‘bajopontinos’ se llevaron la victoria, aunque su desempeño dejó cierto sabor amargo en el aire.

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Un Triunfo con el Sello de Casa
El gran resultado conseguido en casa se debe, en buena parte, al talento innato de dos figuras de la cantera de Cristal: Martín Távara y Maxloren Castro. Távara, como un artista con su pincel, dibujó el empate con un zurdazo impecable que pareció detener el tiempo.
El Revulsivo del Final
Cuando el reloj ya coqueteaba con el pitazo final, apareció Maxloren Castro, el joven prodigioso que entró para sacudir las aguas y, con un zurdazo potente, sellar la victoria. Fue una tarde de ensueño para él, un momento que recordó a días de gloria pasados. El gol inicial fue obra de Jhonny Vidales, que sigue sumando dianas en el Apertura 2025, demostrando que su olfato goleador se mantiene afilado.
El Águila y el Halcón: Jugadas Clave
El cruce del balón entre Távara y Castro fue como el vuelo coordinado de un águila y un halcón: certero y majestuoso. Cada movimiento parecía calculado, y aunque Sporting Cristal enfrentó momentos de desconcierto, supieron alzar vuelo cuando más lo necesitaban.
El partido tuvo de todo: drama, talento y una pizca de nerviosismo, pero finalmente, los ‘bajopontinos’ lograron hacerse fuertes en casa. Así, el hincha vuelve a sonreír, y los ecos del triunfo resonarán en el Rímac por mucho tiempo.

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