Universitario de Deportes está decidido a no dejar piedra sin mover en su búsqueda del tricampeonato nacional y el sueño de avanzar en la Copa Libertadores 2025. En una jugada audaz, los ‘cremas’ se lanzan al mercado de fichajes con la esperanza de sumar talento fresco a su plantilla.
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Nuevo refuerzo en defensa
El primer fichaje de la ‘U’ es Anderson Santamaría, quien llega libre tras su paso por el Santos Laguna. Este defensor, con experiencia en la selección peruana, retorna a la Liga 1 con más trucos bajo la manga que un mago en un show.
Objetivo en el extranjero
Con el argentino Diego Churín aún en sus filas, el equipo de Ate no puede sumar más extranjeros. Sin embargo, eso no impide que sus ojos se posen en Jesús Castillo, actualmente en el Gil Vicente de Portugal. Gustavo Peralta, en su programa de Radio L1 Max, levantó la bandera: «Me cuentan que Castillo interesa a Universitario, veremos si se da», comentó con chispa en la voz.
Un técnico ilusionado
El técnico Jorge Fossati, quien lo dirigió en la selección, tiene a Castillo en alta estima. “Es un jugador que por semanas he estado observando. Tiene un juego aéreo poderoso y presencia física impresionante», comentó Peralta.
Sin embargo, Universitario aún no ha presentado una oferta formal a Gil Vicente. La pelota está en su campo, y si el conjunto portugués no cede, el club peruano podría evaluar el uso de su cláusula de salida.
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El camino de Jesús Castillo
Después de su salto a Europa en 2023, el volante no ha podido encontrar su lugar en el equipo ‘luso’. Con solo 29 apariciones, la actual campaña le ha dado más bancas que minutos. Mientras disfruta de sus vacaciones en Estados Unidos, espera la pretemporada o una propuesta que revitalice su carrera.
Un final abierto
La conexión entre el profesor Fossati y Castillo podría ser el as escondido que necesita Universitario. Después de todo, Fossati ya le dio oportunidades contra gigantes como Argentina y Brasil. El hincha crema sueña con la llegada de Castillo, esperando que su estrella brille en el Monumental.
Esta novela de transferencias promete sorpresas, y como el fútbol mismo, es el arte de lo impredecible. ¡La ilusión está servida!
