El clásico limeño entre Alianza Lima y Universitario de Deportes tuvo un nuevo capítulo fuera del campo de juego. La reciente controversia surgió tras el festejo del técnico Fabián Bustos después del agónico gol de José Rivera en los descuentos en el Estadio de Matute, el pasado sábado 5 de abril. Los ‘blanquiazules’ presentaron una queja formal ante la Federación Peruana de Fútbol (FPF), alegando que la celebración del entrenador era una provocación que incitaba a la violencia en el graderío.

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Las aguas siguen moviendo el barco: la respuesta de Jean Ferrari
La Comisión Disciplinaria de la FPF admitió la denuncia y decidió abrir un proceso contra el estratega de los ‘cremas’. Este hecho desató reacciones en todas las plataformas virtuales, reflejando que el clásico sigue vivo en las redes. En contrapartida, el administrador de Universitario, Jean Ferrari, no tardó en alzar su voz, respondiendo al reclamo de los ‘grones’ y mencionando un detalle que podría dar un giro inesperado a toda esta situación.
“Basándonos en la notificación de la CD-FPF daremos respuesta enfocados en el informe del delegado del partido. A partir de ahí haremos la denuncia correspondiente y presentaremos las pruebas de quienes realmente incitaron a la violencia”, escribió el mandamás de la ‘U’ en sus redes sociales, cual entrenador arengando a su equipo a no rendirse nunca.
Ferrari también sacó a la luz parte del informe del árbitro Daniel Ureta tras un empate que fue tan caliente como el ceviche al mediodía. Según el documento, durante el controvertido festejo, un aficionado de los ‘grones’ lanzó una botella hacia el técnico de Universitario, aunque el proyectil apenas tocó el césped.
Los efectos colaterales del festejo incendiario
El informe arbitral describía el incidente como un hecho aislado que fue inmediatamente controlado por la Policía Nacional. «No pasó a mayores», señala el texto, como si de un marcador que no reflejara el espíritu del partido se tratara.
Entretanto, el presidente de la Comisión Nacional de Árbitros (Conar), Winston Reátegui, también se sumó al debate: “No se ha consignado nada en el informe arbitral sobre ese festejo porque los árbitros informan lo que ven en el campo. Si algo pasó, la Comisión de Justicia tendría que evaluar el caso por cuenta propia.”

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Un festejo, mil interpretaciones
El propio Fabián Bustos se refirió a su efusiva celebración, asegurando que fue solamente una expresión de la pasión futbolera, sin intención de faltar al respeto a la ‘hinchada blanquiazul’. Como un jugador experimentado que revuelve el pasado con recuerdos, señaló: “Recibí botellazos e insultos, pero mi celebración fue parte del folclore del fútbol, sin insultos de mi lado”, manifestó el estratega tras el partido.
Y así, el clásico peruano sigue dejando una estela de emociones y discusiones, demostrando que el fútbol no solo se juega en el campo, sino también en los corazones y las mentes de aquellos que lo viven intensamente.
