Rodrigo Ureña enfrenta la furia de los hinchas y defiende a su familia en el Monumental
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En un episodio cargado de tensión y emociones al límite, Rodrigo Ureña, el mediocampista chileno de Universitario de Deportes, vivió uno de esos momentos que ponen a prueba el temple de cualquier futbolista. En el imponente Estadio Monumental, el telón de fondo fue una derrota inesperada de 0-1 ante Alianza Atlético, un resultado que encendió la ira de algunos hinchas cremas.
El caos en el Monumental
Una facción de los fervorosos seguidores irrumpió en la zona de occidente, donde se encontraba la familia del jugador apodado el ‘Pitbull’. Con insultos y objetos volando, la atmósfera se volvió irrespirable. La reacción de Ureña fue inmediata, demostrando con bravura su compromiso no solo con el equipo, sino con sus seres queridos, gesticulando a voz en cuello un «¡esto no se queda así!».
Un instante de ira desbordada
Como si estuviera en un duelo épico, Ureña subió las escalinatas del estadio decidido a enfrentar la tormenta de insultos cara a cara. Sus palabras, aunque teñidas de cólera, fueron claras: no pensaba seguir jugando en la ‘U’ si la seguridad de su familia estaba en juego.
La voz de Jean Ferrari
A la mañana siguiente, el administrador del club, Jean Ferrari, dio su versión en Radio Programas del Perú. Con tono conciliador, afirmó que la reacción de Ureña era producto del «calentón del momento» y sostuvo que respetará su contrato con el club. “No se irá”, aseguró Ferrari, buscando calmar las aguas agitadas.
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El rol de Jorge Fossati
Este clima hostil fue un reto para los jugadores de Universitario, quienes se sintieron desubicados. Sin embargo, Jorge Fossati, el experimentado técnico, fue la brújula que orientó a los jugadores de vuelta al camino. Con palabras de aliento, logró bajar las revoluciones y enfocar a sus pupilos en los próximos encuentros.
El traspaso frenado
La historia de Ureña con Universitario, hasta enero de 2025, fue de triunfos y desafíos. Llegó a consagrarse bicampeón nacional, pero cuando decidió aceptar una oferta de Belgrano de Córdoba, los problemas no tardaron en llegar. El traspaso, valuado en 600 mil dólares, se frustró por diferencias contractuales.
Para Ureña, regresar a Lima fue un regreso a la realidad, una prueba de que en el fútbol, como en la vida, los compromisos deben cumplirse con la misma intensidad que se juega cada partido.
Hoy, el ‘Pitbull’ sigue defendiendo la camiseta crema, con el corazón dividido entre la pasión del juego y la seguridad de su familia, mientras los hinchas esperan un nuevo capítulo en esta novela de balompié que parece escrita por una pluma llena de emociones encontradas.
