Jean Deza, nuevamente en el centro de la polémica, ha vuelto a ser noticia, y lamentablemente no por sus destrezas con el balón. En un suceso que ha remecido al mundo futbolístico, el jugador ha sido denunciado por presunta agresión física a su pareja, Gabriela Álava, durante las celebraciones de Año Nuevo el pasado 1 de enero. Tras este lamentable episodio, Juan Pablo II, el club de Chongoyape, decidió cortar por lo sano y rescindir el contrato del futbolista de 31 años. Este anuncio se realizó oficialmente mediante un comunicado que no dejó lugar a dudas sobre su postura.
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Una Decisión Drástica y Ejemplar
Juan Pablo II, un club recién ascendido a la Liga 1, demostró que sabe cómo manejar la pelota fuera de la cancha al tomar una decisión tan contundente. En su comunicado, la institución fue clara y sin rodeos al expresar que no tolerará comportamientos que vayan en contra de sus valores. “El club, fiel a sus principios, exige a todos sus integrantes un comportamiento ejemplar,» afirmó en su mensaje, reafirmando su compromiso con una sociedad más justa y respetuosa.
El Ratón Que No Logró Salir del Laberinto
El fichaje de Jean Deza, conocido como ‘El Ratón’, se anunció a lo grande el pasado 18 de diciembre. Los directivos del club estaban más que ilusionados de contar con un refuerzo de renombre para enfrentar su primer desafío en la Liga 1 2025. «Ese contrato no duró ni lo que un caramelo en la puerta de un colegio», podrían llegar a decir algunos hinchas, reflejando el desencanto de una apuesta que no llegó ni al inicio de la pretemporada.
No Todo es Jugar en la Cancha
Bajo la dirección de Agustín Lozano, Juan Pablo II había comenzado a tejer los primeros hilos de un nuevo capítulo. Sin embargo, el comportamiento de Deza apagó las ilusiones con la misma rapidez con la que una amarilla se convierte en roja. Como dicta el manual del buen futbolista, se necesita más que talento para brillar; un verdadero profesional también respeta a su equipo y a la comunidad que lo rodea.
Así es como, una vez más, Jean Deza ve truncado su paso en el fútbol por decisiones fuera de la cancha. Ahora, el club se centrará en buscar nuevos talentos que no solo enseñen en la cancha sino también fuera de ella, porque, al fin y al cabo, el fútbol no es solo un deporte, es un reflejo de la vida misma. Sin lugar a dudas, Juan Pablo II ha dado un ejemplo claro de que la camiseta no solo se suda, también se lleva con respeto y responsabilidad.