En la ciudad de Juliaca, el delantero argentino Diego Churín demostró tener un corazón tan grande como un campo de fútbol. A pesar de los serios problemas para respirar ocasionados por la imponente altura de 3824 m.s.n.m., Churín, de 36 años, dejó el alma en el campo durante el encuentro entre Universitario de Deportes y Binacional, correspondiente a la novena fecha del Torneo Apertura 2025.
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Desafío en las alturas
El estadio Guillermo Rosamedina Briceño, un campo donde el fútbol se juega entre las nubes, puso a prueba al valeroso Diegote. En un momento dramático, y como si una mano invisible le quitara el aliento, se dejó caer sobre la hierba, encendiendo las alarmas de sus compañeros y la afición presente. El árbitro Joel Alarcón, como un curandero acude a su llamado, pidió la entrada urgente del cuerpo médico de los cremas al ver a Churín con un sangrado nasal que parecía incesante.
Decisiones desde el banquillo
Desde la banca técnica, conformada por Manuel Barreto y Piero Alva, la posibilidad de reemplazar al delantero por Alex Valera comenzó a tomar cuerpo. Sin embargo, la tenacidad de Churín se hizo evidente cuando, con un gesto propio de un guerrero en plena batalla, decidió incorporarse y seguir. «¡Déjenme en el campo!», pareció decir su postura, rememorando las inolvidables tardes de sudor y gloria.
Un rendimiento bajo la lupa
El paso de Diego Churín por Universitario de Deportes ha estado repleto de cuestionamientos. Llegó como refuerzo estrella, con una brillante trayectoria en tierras paraguayas, pero su rendimiento en el bicampeón peruano ha generado más frustraciones que alegrías. Hasta el momento, Churín no ha podido encender la chispa que lo convierta en ese esperado goleador. La hinchada, exigente como buen comprador de feria, abucheó su actuación con una banderola que gritaba: “Churín lárgate”.
Esperanzas y retos a futuro
A pesar de las embestidas del destino y las críticas feroces, Churín no piensa tirar la chancla. Aunque su conexión con el equipo todavía no es la más fina, cada partido es una nueva oportunidad para ajustar esa melodía futbolística que lo lleve a retomar el rumbo. Para un club que sueña con el tricampeonato, la constancia y el compromiso de sus jugadores son de primera necesidad.
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Sin duda, el tiempo dirá si el nombre de Diegote alcanzará a resonar en el corazón de los hinchas cremas como el eco en las alturas de Juliaca.
