El camino de un futbolista es como un potrero de provincia: lleno de piedras y sorpresas, y no todos logran sortear el camino hacia el sueño. Mientras muchos corren detrás de una pelota, solo unos pocos logran que su pasión se convierta en vida. En el vibrante escenario del fútbol peruano, hemos sido testigos de uno de esos casos que emocionan hasta el último hincha: el viaje de Raúl Ruidíaz.

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Un sueño inesperado
Cuando hablamos de Ruidíaz, no solo estamos hablando de un delantero que ha dejado su huella en el campo; estamos hablando de un joven que, en sus inicios, no tenía la carrera futbolística como carta de presentación. En una reciente charla con el carismático Cuto Guadalupe, Ruidíaz compartió una faceta poco conocida: su anhelo de ser doctor. Un detalle que revela la profundidad de su ser, al tiempo que muestra que incluso los que brillan pueden tener otros sueños. “Yo soñaba tener una profesión. Ser doctor y siempre tener a mi familia junta. Ese es mi sueño principal, tener a mi familia junta”, confiesa con una sinceridad que conmueve. Esta perspectiva de unión familiar, más que ser un simple cuento de hadas, ha actuado como motor que lo mueve a luchar por lo que más ama.
Los inicios de un goleador
Raúl Ruidíaz comenzó su travesía en el fútbol profesional, donde rapidamente demostró que su destino estaba en el área rival. Con la camiseta de Universitario de Deportes al pecho, se presentó ante el mundo con una habilidad que deleitó a los hinchas. Sus goles iban resonando como el vibrar de un bombo en la tribuna, y esos impactos lo catapultaron a jugar en diferentes escenarios internacionales, desde los estadios vibrantes de U. de Chile hasta los veranos calurosos de Coritiba y el Monarcas Morelia.
Pero su verdadero renacer futbolístico llegó en el Seattle Sounders. Allí, con cada toque de balón, cada gambeta, y sus 86 goles en 176 partidos, Ruidíaz encontró su hogar. Se convirtió en un ícono en la MLS, deslumbrando con su destreza y habilidad para marcar goles que parecen poema elocuente de amor al fútbol. No solo logró ser parte del equipo que alzó la MLS en 2019 y la Concachampions en 2022, sino que también logró que su firma como jugador franquicia le reportara un impresionante sueldo de 2 millones 730 mil dólares, haciéndolo sentir como un verdadero crack.
Los altos y bajos con la selección
Si bien su carrera a nivel de clubes ha sido digna de admiración, no se puede decir lo mismo de su paso por la Selección Peruana. Teñido de matices descoloridos en comparación a su desempeño en clubes, Ruidíaz ha enfrentado un camino lleno de altibajos. Con 54 partidos disputados, desde Eliminatorias hasta la Copa del Mundo, su aporte de solo 4 goles se siente como un eco que resuena vacío y que ha dado pie a críticas que han desdibujado su figura. En un equipo donde muchos se autoafirman como protagonistas, él ha tenido que luchar contra la falta de gol que, tristemente, ha hecho que su legado con la blanquirroja sea menos recordado.

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Un futuro incierto
El viento ha cambiado en los últimos tiempos para Ruidíaz. Sus apariciones en el Seattle Sounders se han ido espaciando, como si el destino les hubiera puesto un freno a sus ansias de jugar. Muchas veces relegado al banquillo, la incertidumbre de no renovar su contrato en 2024 se cierne como una sombra. Actualmente se encuentra sin equipo, un momento crítico en su carrera donde cada decisión cuenta, y está buscando nuevas oportunidades.
Hoy, en el ámbito peruano, su nombre suena con fuerza para Ayacucho FC, el club que mejor se presenta como su posible destino. Pero la competencia está presente, ya que la MLS nunca olvida a sus cracks. Toronto FC y Real Salt Lake también están considerando aprovechar el talento de Ruidíaz, lo que añade un toque de suspenso a su futuro.
La esencia de Raúl Ruidíaz
Raúl Ruidíaz no es solo un nombre, sino un símbolo de perseverancia y adaptación en el fútbol. Desde ser un niño que soñaba con un futuro en la medicina hasta convertirse en un ícono del balompié internacional, su historia es un reflejo de las pasiones y sacrificios que se viven en las canchas del Perú y más allá. Así como la hinchada se une para alentar a su equipo, el clamor popular espera que el “Dóctor” vuelva a hacer de las suyas y siga su camino en esta montaña rusa que es el fútbol. ¡Qué viva el fútbol peruano y que viva Raúl Ruidíaz!
