En el confuso tablero del fútbol peruano, las noticias sobre el cambio en el banquillo de la Selección Peruana han dado mucho que hablar. Carlos Zambrano, el robusto defensa conocido por su temple y aguante en el campo, decidió abrir su corazón y su mente tras la salida de Jorge Fossati como técnico. «Es como cuando te sacan la pelota en el último minuto, una sensación de vacío y desconcierto», confesó el ‘Kaiser’, tratando de mantenerse firme pero sin poder evitar el sentimiento de desazón por la partida del querido ‘Nonno’.
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El adiós de Fossati: Un golpe al corazón futbolístico
En una charla sincera con ‘El Diez’, Zambrano no dudó en expresar la conmoción que sintió al enterarse del cambio en el timón de la bicolor. «Es como cuando en un equipo sacan a un pilar, se siente el hueco en el vestuario», dijo, recordando los buenos momentos con el entrenador uruguayo, que, a pesar de sus esfuerzos, no pudo esquivar lo que acontece en el fútbol: los resultados mandan.
¿Quién tomará el relevo en el banco peruano?
Siguiendo su reflexión, Zambrano sugirió que el siguiente paso debe ser cuidadosamente calculado. “Traer un técnico extranjero ahora es tan difícil como aguantar una arremetida en el área chica. Quedan pocas fechas, no es el momento adecuado”, opinó, con la claridad de un defensor que busca anticiparse al rival. Lo más sensato, según Carlos, sería un técnico nacional que conozca el terreno y los jugadores como la palma de su mano, mencionando nombres como el de José Guillermo del Solar, con la esperanza de que sea un verdadero cambio de juego.
Y es que la situación de Perú en las Eliminatorias CONMEBOL es más tensa que un pase largo en el minuto 90. Con apenas 7 puntos en el marcador y el repechaje a 6 unidades en las botas de Bolivia, el tiempo se está acabando. Faltan 18 puntos por jugarse y cada uno es una final.
La salida de Fossati: Un contrato en juego
El despido de Fossati también trae consigo consideraciones económicas. Con un salario mensual de 150 mil dólares, el estratega hace su jugada maestra, exigiendo 900 mil dólares como compensación, basándose en una cláusula de salida que exige el pago de seis meses de trabajo. Cada centavo está en la balanza, esperando un desenlace que, como en el fútbol, todavía puede sorprendernos hasta el último minuto.
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Con Zambrano en el campo de las opiniones y Fossati esperando su pitido final, el futuro del banquillo peruano es como un partido de ida y vuelta: incierto, emocionante y lleno de expectativas.
