La Caída de un Comandante: Alejandro Hohberg y su Temporada en Sporting Cristal
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Ver a Alejandro Hohberg liderando el ataque de Sporting Cristal era tan común como un ceviche los domingos en Lima. Sin embargo, como un viento inesperado, su figura se desvaneció del once titular. El estratega Guillermo Farré optó por otro rumbo y Hohberg fue quedando fuera de consideración en la Liga 1 2024.
El Duro Camino del Banquillo
A sus 33 años, Hohberg sintió el frío de la banca. En una temporada donde la regularidad fue un reto, apenas disputó 14 encuentros y acumuló solo 4 minutos en la Copa Libertadores. Su única intervención fue fugaz, como un guiño en la altura de El Alto ante Always Ready. Al no poder celebrar un gol, el delantero quedó atrapado en una frustración deportiva que intentó devorar su pasión.
La Confesión del Guerrero
En una charla emotiva con ‘Al Ángulo’, Hohberg abrió su corazón y narró la travesía emocional que vivió en La Florida. Acostumbrado a ser titular, el cambio fue un golpe que costó asimilar. Sin embargo, enfatizó en su dedicación inquebrantable hasta el último día con los ‘cerveceros’, donde lo dejó todo en cada práctica.
“A lo largo de mi carrera, a veces uno juega más o menos, pero siempre me tocó tener un rol importante. Este año fue diferente. Había compañeros como Santiago González, que para mí fue uno de los mejores, y Grimaldo. No juegas porque lo haces mal, sino porque el técnico busca otra cosa. Yo lo entendí y me preparé igual. Nunca lo tomé personal porque así es el fútbol”, confesó Hohberg.
El Refugio del Corazón
El ahora ‘rosado’ de Sport Boys reconoció que la ausencia en el césped le golpeó duro, como un pelotazo al borde del área. Pero encontró en su familia el refugio perfecto para lidiar con la tristeza que se colaba cada domingo en casa. Sin sus seres queridos, superar tal año hubiera sido como marcar un gol desde media cancha, improbable pero no imposible.
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Un Nuevo Rol
Con el paso del tiempo, comprendió que debía jugar un rol diferente fuera del campo. Hohberg decidió ser ese ejemplo para quienes también esperaban su oportunidad. Al despedirse del Rímac, lo hizo con la cabeza en alto, convencido de haber entregado su mejor esfuerzo a la camiseta celeste.
“Cuando era titular, me gustaba que los suplentes se mataran entrenando. Eso demuestra que hay un bien común por encima de cualquier individualidad. No fui el jugador influyente que quería, pero entendí mi nuevo rol y dejé de lado el ego. Cumplí con mi responsabilidad como profesional y eso es lo que me llevo”, concluyó, dejándonos ver su pasión inalterable por el deporte rey.
Así, Alejandro Hohberg, el guerrero que antes lideraba batallas futbolísticas, inicia un nuevo capítulo en su carrera, manteniendo el espíritu competitivo que lo ha caracterizado, sabiendo que en el fútbol, como en la vida, siempre habrá segundas oportunidades.
