El América vivió una noche de auténtica pesadilla en el Estadio Olímpico de Juárez, donde la victoria parecía al alcance de la mano al ir ganando 0-1. Sin embargo, un giro inesperado del destino les llevó a una dura realidad, no solo al permitir el empate de los Bravos, sino también al quedarse sin dos piezas claves: Álvaro Fidalgo y Erick “Chiquito” Sánchez. ¿Qué le ocurrió a las Águilas?
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La caída estrepitosa del América
El encuentro se desarrolló como un sueño dorado para el América hasta el minuto 80, cuando la onírica ventaja se desvaneció. En un instante crítico, Rodolfo Pizarro, con un potente disparo, logró igualar el marcador, borrando las sonrisas de los hinchas americanistas que ya celebraban el triunfo. Este momento significó una revancha personal para Pizarro, quien en su etapa en Mazatlán había tenido la oportunidad de marcarles sin éxito.
El empate resultó un golpe devastador para el América, que se vio obligado a lidiar con el dramático desplome de su rendimiento en la recta final del partido, además de perder a dos jugadores vitales para sus aspiraciones.
La tragedia de Fidalgo
Álvaro Fidalgo, ingresado como sustituto al minuto 75, predecía en cada toque que traería su magia al encuentro. Sin embargo, el destino le tenía preparado otro desenlace. En una jugada desafortunada, un choque con un adversario encendió las alarmas. Fidalgo, incapaz de mantenerse en pie, abandonó la cancha ante la mirada preocupada de sus compañeros y el cuerpo técnico. Las molestias musculares que lo aquejan no solo representan un contratiempo para él, sino también una señal de alarma para todo el club, que deberá esperar con ansias su evolución.
La expulsión de Chiquito Sánchez
No solo Fidalgo se vio afectado en esta oscura noche para las Águilas. Erick “Chiquito” Sánchez también dejó su huella, pero no precisamente por el buen juego. En un intento desesperado por frenar a un jugador de los Bravos, su entrada fue severamente malinterpretada, lo que le valió una roja tras una revisión del VAR. La indignación reinó en el campo, y los aficionados se llenaron de incertidumbre al ver cómo su equipo se desmoronaba.
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Con estas dos bajas, el reto se vuelve monumental para André Jardine, quien deberá encontrar las piezas adecuadas para enfrentar el próximo partido sin sus estrellas. La afición, por su parte, no puede hacer más que esperar que el ave de las tempestades recupere su vuelo.
