En un amistoso lleno de emociones y polémicas, México enfrentó a Suiza y vivió una derrota dolorosa. Bajo la dirección de Javier Aguirre, el equipo mexicano dejó el alma en el campo, pero se encontró con decisiones arbitrales controversiales que encendieron los ánimos.
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Intenciones del Vasco Aguirre
El encuentro comenzó con México mostrando buenas intenciones, controlando el balón y buscando el gol. Sin embargo, Émbolo sorprendió con una jugada magistral, dejando atrás a la defensa mexicana como un tren sin frenos. La anotación puso a la zaga mexicana en entredicho, especialmente a Cachorro Montes, quien pagó caro los espacios concedidos.
El Empate y la Tempestad
No pasó mucho tiempo para que Santiago Giménez igualara el marcador, desatando una euforia en el estadio como un manantial en el desierto. Pero la alegría fue efímera. Un gol de Amdouni, aparentemente en fuera de lugar, desató la primera tormenta de reclamos. Sin VAR en el estadio, el silbante tomó la decisión que encendió a Aguirre, quien mostrando una tablet, intentó argumentar la infracción. El árbitro, con una sonrisa irónica, respondió con una tarjeta de amonestación.
Momentos de Amargura
Luego, César ‘Chino’ Huerta creó una jugada prometedora que terminó anulada por un fuera de lugar milimétrico de Giménez, y fue la gota que derramó el vaso para Aguirre. Sus reclamos se elevaron al cielo como si buscara justicia divina, y su auxiliar tuvo que intervenir para calmarlo.
El Golpe Final
La caída libre continuó cuando Ndoye aprovechó un error defensivo y anotó, como cuchillo caliente en mantequilla. Ángel Sepúlveda también buscó marcar, pero Rieder, con un cuarto gol, finiquitó las esperanzas del equipo mexicano, dejando el marcador al rojo vivo y una lección clara para Aguirre.
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En la conferencia postpartido, el estratega mexicano reflexionó con sabiduría: «Ante la adversidad, conoces a la gente. Con este marcador veo las conductas de los jugadores y eso es lo que yo quiero: saber quién tiene tamaños para superar la derrota». Un comentario evocador, que deja claro que este partido es solo un capítulo más en la historia del fútbol mexicano.
