El Clásico Regio amistoso entre Tigres y Monterrey en Estados Unidos este 12 de octubre se tornó en un duelo que encendió no solo la cancha, sino también a las gradas y sus alrededores. El emocionante enfrentamiento terminó con un marcador de 2-1 a favor de Monterrey, pero lo que realmente capturó la atención fueron los desafortunados incidentes protagonizados por los aficionados.
Choque de titanes fuera del estadio Alamodome
En un auténtico torbellino de emociones, los fans de ambos equipos no pudieron resistir el impulso de sus pasiones. Dentro del Alamodome, un video viral mostró a un aficionado de Tigres empujando a una mujer que intentaba calmar las aguas, mientras este seguía provocando a un hincha de Rayados que solo quería evitar el pleito, como si de un partido paralelo se tratara.
Finalmente, un seguidor de Tigres intentó calmar a su compañero destacado por frustración y enojo, evidenciando que el resultado en el campo también afecta a los corazones más apasionados.
El desencuentro previo en el estacionamiento
Antes del pitazo inicial, el ambiente en el estacionamiento del estadio ya marcaba la pauta para una jornada intensa. Grupos de seguidores de ambos equipos casi se encontraron cara a cara, lanzándose objetos como si fueran cañonazos en plena batalla. Aunque la tensión podría cortar el aire, afortunadamente el comportamiento no superó los límites y ambos grupos entraron al estadio para disfrutar el choque de estos titanes.
La acción dentro del campo
En el terreno de juego, la historia fue otra. Los Universitarios, quienes podrían ver a su entrenador partir hacia tierras chivas, no lograron contener la ofensiva de Monterrey, que a través de Lucas Ocampos y Roberto de la Rosa, allanaron el camino hacia la victoria. Por su parte, Nico Ibáñez puso el gol del honor para Tigres.
Aun así, este clásico amistoso prendió tanto como el mismísimo infierno en su próxima re edición del 19 de octubre en la Liga MX. Es un duelo que promete más dramatismo digno de una novela futbolera, demostrando que este deporte no solo se juega con los pies, sino con el alma y el corazón.