El enfrentamiento entre Querétaro y Pumas no fue solo un partido más, sino un escenario cargado de controversia y decisiones arbitrales que sembraron el descontento entre los aficionados universitarios. Felipe Ramos Rizo, exárbitro mundialista, ha dejado claro que el silbato no estuvo a la altura en este encuentro, afectando a los Auriazules en al menos dos ocasiones evidentes.
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Las decisiones que encendieron la polémica
Ramos Rizo, siempre agudo y directo, revisó con lupa cada acción del partido, y fue contundente en su análisis: «En el primer tiempo, se anuló un gol legítimo de Pumas después de que el equipo arbitral se tomó casi cinco minutos para llegar a una decisión equivocada, alegando que hubo interferencia». Sin embargo, según el exsilbante, no había tal interferencia y eso dejó a todos los seguidores de Pumas con un sabor amargo, un grito de gol que quedó atrapado en el limbo del VAR.
La indignación del exárbitro resonó en redes sociales cuando, en su tuit, describió la situación con precisión: «Cinco minutos para decidir erróneamente anular el gol de Pumas de donde sacan interferir a un adversario, ni con el VAR le atinaron». Este tipo de declaraciones solo avivaron la llama de la frustración local.
La entrada polémica a Pussetto
Pero la controversia no terminó ahí. Una entrada temeraria del portero Guillermo Allison sobre Ignacio Pussetto encendió aún más los ánimos en la afición. En un intento por despejar un centro, Allison se lanzó con los puños en alto, golpeando a Pussetto con fuerza en la cara. El resultado fue un jugador de Pumas en el suelo y un portero de Querétaro que solo recibió una tarjeta amarilla. «Esto es inaceptable. Con esa acción, el árbitro debió haber mandado a Allison a la ducha», exclamó Ramos Rizo, quien subrayó que el arquero ni siquiera tocó el balón, lo que intensificó aún más la falta de lógica en las decisiones arbitrales.
Otro punto crítico levantado por el exárbitro fue el tiempo perdido: a lo largo del partido, el equipo arbitral se vio revisando el VAR por situaciones que, a su juicio, eran bastante claras, lo que resultó en una acumulación de 11 minutos de descanso en el juego. Este tipo de situaciones no solo frustran a los jugadores, sino que también desafían la paciencia de los apasionados hinchas que sólo desean disfrutar del espectáculo.
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En conclusión, el encuentro entre Pumas y Querétaro no solo quedó marcado por el resultado en el marcador, sino también por las decisiones arbitrales que, como un ladrido de un perro en la noche, se hicieron notar y resonaron en la comunidad futbolística. Con la expectativa de volver a ver a Jorge Ruvalcaba en acción, los Auriazules esperan pasar página y concentrarse en el camino por delante, dejando atrás la polémica que empañó esta jornada futbolística.