La reestructuración del equipo auriazul ha comenzado con fuerza. Tras varias semanas de especulaciones y rumores, el Club Universidad Nacional ha anunciado oficialmente sus primeras bajas: Lisandro Magallán y Michell Rodríguez han dejado el vestidor de Pumas. La noticia se dio a conocer a través de las redes sociales del club, que despidió a ambos jugadores con cálidos mensajes de agradecimiento.

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Magallán, un defensor que dejó huella
El zaguero argentino de 31 años se despide de México para regresar a su tierra natal. La decisión está envuelta en motivos personales y familiares, sumados a algunos aspectos deportivos. Licha Magallán, quien espera ofertas de equipos en Argentina y el resto de Sudamérica, tomará su tiempo para evaluar sus próximos pasos. Durante su estancia en Pumas, se consolidó como un bastión en la defensa. Aunque el club universitario intentó retenerlo, al final, Magallán prefirió un cambio de rumbo, dejando una huella imborrable dentro y fuera de la cancha.
Rodríguez: una promesa que no floreció
La segunda baja del equipo es el joven delantero Michell Rodríguez, quien no logró encontrar su lugar en el equipo. Entre lesiones y escasa participación, apenas acumuló 67 minutos de juego en el Apertura 2024. Sin haber disputado un solo partido con el primer equipo en la temporada actual, su salida parecía inminente. Rodríguez, quien llegó de Celaya con grandes expectativas, no pudo brillar en su salto a la primera división, cerrando su ciclo sin la oportunidad de demostrar todo su potencial.
Efraín Juárez y la nueva era en Pumas
Con estas dos salidas, el entrenador Efraín Juárez está comenzando a dar forma a su visión para el equipo. La reestructuración demandada desde su llegada se traduce en acción concreta. Buscando nuevos cimientos que aseguren la competitividad futura, se esperan más movimientos en el horizonte. Pumas trabaja no solo en salidas, sino también en posibles refuerzos que se adapten al estilo de juego del técnico. La meta es clara: dejar atrás los momentos de decepción para iniciar un ciclo lleno de decisiones firmes y resultados tangibles, donde la exigencia y el margen de error son mínimos.
La partida de Magallán y Rodríguez simboliza el inicio de una transformación profunda en el club universitario, que busca robustecer su identidad y cumplir con las altas expectativas de una afición que ya no solicita explicaciones, sino resultados en el terreno de juego.

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