Fue un partido que dejó mucho que desear para las Chivas de Guadalajara. La expectativa era alta, pero la realidad fue otra. El Rebaño Sagrado se encontró en apuros en la primera ronda de la Concacaf Champions Cup, y la decepción se reflejó no solo en el marcador, sino también en las palabras de su director técnico, Óscar García, tras el encuentro en República Dominicana contra el Cibao.
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Fue en la conferencia de prensa, bajo un clima tenso y de incomodidad, donde el estratega español decidió dar la cara y ofrecer disculpas a los más de cuatro millones de aficionados que siguen al equipo. La crítica no se hizo esperar, y García no ocultó su pesar por el desastroso rendimiento de sus dirigidos, quienes, a pesar de intentar 19 disparos, solo lograron marcar una vez durante el encuentro.
La autocrítica del DT
En una declaración cargada de emoción, el timonel de Chivas expresó su descontento: “Empezamos muy mal, no encontramos portería. Merecimos mucho más, pero estamos tristes y decepcionados. Pedimos disculpas a nuestros seguidores porque, si tienes 19 oportunidades y solo marcas uno, ahí está la diferencia”. Su sinceridad arrastraba un peso que iba más allá del resultado: una responsabilidad por el legado de uno de los clubes más grandes del país.
Justificación ante el infortunio
A pesar del panorama sombrío, García defendió la calidad del rival, dejando claro que no fue un mero tropiezo. “Esperábamos esto. El Cibao es un buen equipo con jugadores talentosos. Mirando a los demás equipos de la liga, pocos han ganado con claridad, sabíamos que no iba a ser fácil”, comentó el técnico, tratando de desahogar un poco la preocupación por el estado de sus muchachos.
Un momento de introspección
Óscar García, visiblemente molesto, se adentró en una reflexión que resonó con todos los corazones rojiblancos. Sabía que la afición merecía mucho más, y no escatimó en reconocer que “no se puede estar contento” con un empate ante un equipo que, aunque competidor digno, no estaba en el radar de los grandes desafíos para una institución como Chivas. Sin embargo, dejó claro que “con trabajo vamos a salir de esto”, alimentando la esperanza en un futuro mejor.
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Una apelación a la grandeza
Por último, el entrenador cerró su discurso con un mensaje lleno de orgullo, reconociendo el sentimiento que representa vestir los colores del Rebaño Sagrado. “A la afición no le puedo pedir nada, nadie está contento con el resultado, pero estamos comprometidos. Estoy orgulloso de pertenecer a este club”, concluyó García, dejando claro que la lucha por restablecer la grandeza de Chivas apenas comienza.
Las palabras de Óscar García resuenan como un eco en el corazón de los aficionados, que esperan que el Rebaño despierte de este mal sueño y retome el camino hacia la victoria. La pasión por el fútbol mexicano sigue viva, y aunque el presente sea gris, la historia de Chivas está llena de glorias que siempre inspiran a seguir adelante.
