El enfrentamiento amistoso entre la Selección Mexicana y River Plate no pudo empezar de peor forma para los dirigidos por Javier «Vasco» Aguirre. Tanto en la cancha como fuera de ella, los aztecas enfrentaron un ambiente hostil y desafiante. La hinchada argentina, conocida por su fervor, no dudó en calentar los ánimos desde el primer momento, y River no tardó en abrir el marcador, prometiendo un partido cargado de emociones al rojo vivo.
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Un arranque con sabor agridulce para el Tri
El encuentro rápidamente capturó la atención de los aficionados, con las emociones fluyendo casi al instante del silbatazo inicial. River Plate, en una jugada que demostró astucia y precisión, inauguró a sus nuevos fichajes para 2025, poniéndolos a prueba de inmediato. En una muestra de habilidad y visión, Giuliano Galoppo, la nueva joya de los Millonarios, dirigió el balón con precisión quirúrgica al fondo de las redes a los 7 minutos de juego, dejando impotente al arquero Andrés Sánchez.
A pesar de los intentos del Tri por domar la tormenta albiceleste, una ráfaga de genialidad sacudió sus aspiraciones. A los 32 minutos, Miguel Borja, con un disparo que pareció un meteoro, amplió la ventaja para River Plate, llevando el marcador a un 2-0 impactante.
Segundo tiempo: Control absoluto de River
A medida que sonaba el silbato para la segunda mitad, las emociones intensas del primer tiempo dieron paso a un espectáculo más controlado por parte de River. El técnico del Tri, el experimentado Aguirre, movió sus fichas desde el banquillo, buscando darle minutos a todos aquellos que hicieron el viaje a Sudamérica. Sin embargo, la muralla defensiva de los Millonarios se mantuvo impenetrable, conservando la ventaja y asegurando una verdadera fiesta para sus aficionados en el Monumental.
México vs River: La falta de respeto de la hinchada
Desde que los equipos pisaron el césped, el ambiente en el estadio retumbaba con energía. Sin embargo, un incidente empañó el espíritu deportivo cuando al entonarse el himno nacional de México, la parcialidad de River lanzó una desafortunada silbatina que resonó en cada rincón del Monumental. Un gesto que sin duda dejó un sabor amargo en medio de una noche de fútbol apasionante.