Cruz Azul está listo para la batalla final contra Xolos, y su afición no se queda atrás. La noche previa al crucial partido de vuelta en el Estadio Ciudad de los Deportes fue toda una fiesta para el conjunto celeste. La Sangre Azul, como un mar de esperanza, reunió a más de 500 fervientes seguidores en el hotel de concentración, entonando cánticos de aliento y fe en una épica remontada.
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Una Serenata que Toca el Corazón
Martín Anselmi, el timonel de Cruz Azul, no pudo contener la emoción hasta las lágrimas al ver el apoyo inquebrantable de su hinchada. Armado con un megáfono, Anselmi habló desde el corazón, mandando un mensaje de resiliencia a su equipo: “Quizá no estamos acostumbrados a tener que hablar en estas situaciones, nos es más fácil adentro de un vestuario. No quería irme antes sin agradecerles por el apoyo que nos brindan siempre. Mañana vamos a hablar en la cancha, más allá del resultado, estos jugadores los trajeron hasta acá, y ellos los van a representar desde el minuto uno hasta el minuto que sea”.
El Hambre de Victoria
Por otro lado, el capitán de la máquina, Ignacio Rivero, puso de manifiesto el hambre de victoria que corre por las venas del equipo. Con la convicción de un guerrero azteca, declaró: “Agradecerles el cariño, sabemos que siempre están con nosotros. Mañana es un día importante para todos nosotros para seguir con la historia de este club, no tengo duda que dejaremos todo en la cancha, nos sobran huevos, vamos a revertir la situación, nosotros mismos nos pusimos en este lugar, vamos a defender la historia como se merece”.
Un Agradecimiento que Va Más Allá del Título
Finalmente, Iván Carrera, líder de la fiel Sangre Azul, no dejó pasar la oportunidad de agradecer a jugadores y cuerpo técnico, destacando la identidad que han recuperado: “Nos devolvieron identidad, eso es más valioso que cualquier título”, exclamó con firmeza y orgullo, como quien encuentra el oro al final del arcoíris.
Así, el espíritu y la pasión están servidos para el encuentro. La afición de Cruz Azul está decidida a no abandonar a su equipo, conscientes de que en el fútbol, al igual que en la vida, se juega hasta el último minuto. Mañana, cada segundo será una batalla por la historia y el orgullo celeste.
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