El fútbol mexicano se despide de una estrella que brilló en el firmamento con la intensidad de una supernova. Omar Arellano, exdelantero de Chivas y Pachuca, ha colgado los botines a los 37 años tras una carrera marcada por el talento y la dualidad de la gloria y el infortunio. Aunque su último partido en la Liga MX fue en 2020, su nombre sigue siendo un eco vibrante en los corazones rojiblancos por su contribución vital en la primera parte de la década de 2010.
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Un Cometa Fugaz en el Cielo de Chivas
Formado en las Futuras Básicas del Pachuca, Arellano siempre fue la manzana de la discordia en los anhelos de Chivas, aterrizando finalmente en el club en 2007. Allí, bajo las luces del Estadio Akron, se transformó en un icono. Asumió el liderazgo ofensivo tras la salida de Omar Bravo y Javier Hernández, desplegando un arte de regates y destellos veloces que lo consagraron.
Pero si el fútbol fue su amor, las lesiones fueron su espina. Las lesiones musculares, fieles como el destino, lo acecharon, frenando su ascenso a la cúspide del éxito y negándole la regularidad que su talento merecía.
La Despedida de ‘Pina’, Coleccionando Nostalgia
Con un mensaje que resuena como un gol en tiempo de descuento, ‘Pina’ se despidió a través de sus redes sociales, agradeciendo al fútbol que tanto amó: «Después de 20 años, es hora de decir adiós al juego que tanto me apasiona. Aunque hace tiempo dejé la primera división, es el momento de cerrar este ciclo dignamente.»
El Club Deportivo Guadalajara respondió con un sentido homenaje: “Tu velocidad y tus goles nos hicieron vibrar. Siempre defendiste nuestros colores con valentía. ¡Gracias por ser parte de nuestra historia!”
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Las redes sociales se abarrotaron de mensajes nostálgicos, evidencia del cariño sembrado en la afición, muchos de los cuales confiesan que fue Arellano la razón por la que eligieron a Chivas como su equipo del alma.
Palmarés y Una Nueva Odisea Desde el Banquillo
Omar Arellano no se va con las manos vacías. Conquistó títulos como el Clausura 2006 y 2007 con Pachuca y la Copa Sudamericana 2006, además de laurearse en la Concachampions y en Costa Rica con Herediano. En total, disputó 465 partidos, anotando 48 goles y 29 asistencias.
Aunque su etapa como jugador ha llegado a su epílogo, su amor por el fútbol lo impulsa hacia una nueva aventura: convertirse en director técnico. Ya se encuentra cursando a través del Sistema Nacional de Capacitación de Puebla, preparándose para escribir su próximo capítulo desde la banqueta.
El retiro de Omar Arellano deja un vacío, pero también frutos de recuerdos memorables para el fútbol mexicano y su apasionada afición. El sueño de su máxima potencia no alcanzado no eclipsa el legado lleno de chispa y dedicación que ha dejado en el campo.
