James Rodríguez provoca una explosiva reacción al árbitro en el duelo entre León y Querétaro. En un momento que dejó boquiabiertos a los espectadores, el mediocampista colombiano perdió la cabeza y lanzó su zapato en dirección al silbante, el cual por poco se libra de un impacto, quedando este insólito episodio grabado en la transmisión del partido, que culminó en un empate 1-1.

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Todo sucedió cerca del minuto 71 del segundo tiempo, cuando Rodríguez fue víctima de una fuerte entrada en la media cancha. Visiblemente molesto, exigió al árbitro que amonestara al defensor queretano, pero el silbante, Maximiliano Quintero Hernández, no respondió a su llamado. La falta de acción del árbitro fue la chispa que encendió el berrinche del exjugador del Real Madrid.
En un arrebato de frustración, James se quitó un zapato y lo lanzó con todas sus fuerzas hacia el árbitro. El impacto no llegó a suceder, pero sí generó un ambiente tenso en el estadio. Al percibir la acción, Quintero mostró tarjeta amarilla al colombiano, quien respondió con sarcasmo: “¿Me vas a sacar amarilla a mí? Bien, muy bien. Estás arbitrando muy bien”.
Motivos detrás del enojo de Rodríguez
La reacción explosiva de James no solo se puede atribuir a la jugada en cuestión. Aparentemente, su frustración es parte de un cuadro más amplio. En las últimas semanas, el León ha atravesado un periodo complicado en la Liga MX, con una racha negativa donde ha perdido ante equipos como Santos Laguna, Necaxa y Pumas, además de este empate que solo ahonda en su mal momento.
En el fondo, el colombiano y su equipo son conscientes de que todo esto podría tener un impacto que va más allá de una sola jugada. La reciente decisión de la FIFA de excluir al León del Mundial de Clubes por el tema de la multipropiedad ha desatado un torrente de emociones. Ver su sueño, que brillaba como un faro, desvanecerse de esta manera, solo añade leña al fuego del desconcierto y la indignación.

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El fútbol, a veces, es un juego de pasiones desbordadas, y el incidente de James Rodríguez es un claro ejemplo de cómo la presión puede convertirse en un volcán a punto de estallar. Como bien dicen en México, “no todo es miel sobre hojuelas” y lo que ocurrió el día del partido es prueba de que en el mundo del balompié, las emociones pueden llegar a jugar un papel tan importante como el mismo juego.
