Érick Gutiérrez sorprendió a todos en el encuentro contra Mazatlán cuando el destino lo llevó de jugador a guardián de la portería. Este inesperado suceso lo convirtió en uno de los temas más candentes del momento, ya que el exponente surgido de las filas de la Bella Airosa dejó una marca en la Liga MX digna de destacar. Aquí te presentamos todos los detalles.
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La trama del duelo entre los de Verde Valle y Mazatlán
Los reflectores se posaron sobre el duelo entre Chivas y Mazatlán, como una novela que se va desarrollando con cada minuto. Gerardo Espinoza y sus pupilos llegaban con la misión de ubicarse en posiciones de Play In, y parecía que lo conseguían cuando Roberto «Piojo» Alvarado incendió la banda derecha. Con la precisión de un artesano, lanzó un centro al corazón del área, donde Teun Wilke conectó de cabeza, sellando así el único tanto del encuentro para el conjunto tapatío.
Cuando Gutiérrez tomó los guantes
Sin embargo, las verdaderas emociones llegaron en los últimos diez minutos del partido. Las expulsiones del «Tala» Rangel y Luis Rey abrieron la cortina para que Gutiérrez, en un acto casi heroico, asumiera el rol de portero. Como si el destino estuviera escrito, recibió el gol del empate a manos de Luis Amarilla. A pesar de ese trago amargo, el mexicano sumó más minutos bajo los tres palos que otro guardameta registrado en la Liga MX.
Minutos en el escenario: Gutiérrez frente a Whalley
Óscar Whalley, el portero de nacionalidades mexicana y española, ha tenido un periplo alrededor del mundo. De los campos del Real Zaragoza B y el SD Huesca en España, hasta el Aarhus GF en Dinamarca y el OFI Creta en Grecia. Sin embargo, desde su llegada a Chivas, las puertas de la Liga MX no se han abierto para él. Mientras tanto, Érick Gutiérrez, con sus minutos jugados contra Mazatlán en el Clausura 2025, ya ostenta una marca más destacada que Whalley.
Whalley, alguna vez convocado para la Selección Sub-21 de España, aún no ha podido debutar en la Liga MX. Su carta tiene un valor estimado de 550 mil dólares, pero nunca ha vestido la camiseta del Tricolor mexicano, y el horizonte no parece prometedor para un cambio en esa historia próximamente.
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Así, cada partido de fútbol se convierte en un lienzo donde los jugadores pintan con sangre, sudor y goles, pero a veces también con inesperados giros del destino que transforman a un mediocampista en guardián de la meta.
