En esta ocasión, recordemos qué pasó con Leandro Augusto, aquel brasileño con melena dorada que dejó huella en el futbol mexicano. Para los aficionados de Pumas, su imagen corriendo por el Estadio Olímpico Universitario se mantiene fresca en la memoria. Un jugador que, además, tuvo su paso por la Selección Mexicana, logrando un cruce de orígenes tan único como pocas veces se ha visto en el Tricolor.
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El inicio de una trayectoria multifacética
La carrera futbolística de Leandro inició en su natal Brasil, donde dio sus primeros pasos con el Criciúma Esporte Clube. Sin embargo, en 1998 tuvo un breve paso por el Inter de Porto Alegre, tiempo durante el cual jugó solamente siete partidos, dejando poco eco en el club. Tras su fugaz etapa en el Inter, Leandro se unió al Botafogo y posteriormente llegó a Santa Cruz FC, antes de tomar el vuelo que cambiaría su vida: el destino mexicano.
De la Fiera a los Pumas
Fue en el año 2000 cuando Leandro aterrizó en el futbol mexicano con el Club León. En el Bajío, el brasileño dejó su marca con 35 partidos jugados y cinco goles. Sin embargo, el verdadero giro de su carrera llegó en 2001, al unirse a los Pumas de la UNAM. Con los Universitarios, Leandro August se consolidó como un baluarte inamovible durante una década, disputando más de 400 partidos, anotando 22 goles y colaborando con 24 asistencias. Su paso por Pumas fue tan icónico como esos finales de telenovela que tanto cautivan a los mexicanos, logrando la conquista de cuatro títulos de Liga MX, un Campeón de Campeones y el prestigioso trofeo Santiago Bernabéu.
Un ‘güero’ en el Tricolor
La trayectoria de Leandro Augusto tomó un rumbo insospechado en 2008 cuando, ya naturalizado, Sven-Göran Eriksson, entonces director técnico del Tricolor, lo convocó al combinado nacional. Aunque fue solo durante seis partidos y anotó un gol, su participación se vio envuelta en la controversia que a menudo acompaña a los jugadores naturalizados en la selección, como cuando las aguas del río se desbordan, causando una gran conmoción.
El ocaso de una brillante carrera
En 2011, Leandro se despidió de los Pumas para unirse a los Xolos de Tijuana, con quienes logró añadir otro título de Liga MX a su palmarés. Tras un tiempo cedido en Puebla, regresó a Pumas para una última danza en 2014 antes de retirarse definitivamente en 2015.
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El silbatazo final de su carrera como jugador no marcó el fin de su historia en el futbol. Leandro probó suerte en los banquillos como asistente, perfilándose al lado de técnicos como Guillermo Vázquez y Francisco Palencia. En 2018, asumió el rol de Director Deportivo antes de cerrar su ciclo con Pumas.
Futuro atado al balón
Hoy en día, Leandro continúa ligado al futbol a través de su hijo, Mateo Oldoni, quien ha heredado tanto el amor por la pelota como la nacionalidad tanto brasileña como mexicana. Leandro, por su parte, sigue dándole vida al futbol en torneos amistosos con el Associação Atlética Comercial Cascavel, probando que la pasión por el deporte no se apaga con la retirada, sino que sigue latiendo con cada pase y cada gol.
Así es como Leandro Augusto se mantiene vigente en el mundo del futbol, uniendo dos naciones y siendo un ejemplo de dedicación y entrega en el deporte.