Uno de los íconos más destacados en la historia reciente de los Pumas es sin lugar a dudas Efraín «Chispa» Velarde. Este incansable jugador tocó las puertas de la consagración total en la institución universitaria, donde la gloria y él casi fueron sinónimos, afterrizando una vez más en el vibrante ecosistema de la Liga MX, pero ahora haciendo su debut desde los banquillos. ¡Veamos cómo sucedió esta inédita evolución en su carrera!
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El encendido legado de «Chispa» Velarde en los Pumas
Velarde se alzó con cinco títulos durante su etapa con los Pumas: tres de Liga MX, un Campeón de Campeones y el prestigioso trofeo Santiago Bernabéu. Estas victorias resonaron como un estruendo de mariachis en una noche triunfal junto a otras leyendas como Darío Verón, Sergio Bernal, Leandro Augusto e Israel Castro, quienes también conquistaron el pentacampeonato Felino.
Una trayectoria que deja huella
La trayectoria del «Chispa» continuó brillando cuando cruzó las fronteras del estadio Olímpico Universitario para unirse a Rayados, más tarde a León —donde su carrera revitalizó como un águila surcando cielos azules— y luego a Toluca, Monarcas Morelia y Mazatlán, antes de regresar a los Pumas para colgar los botines como un guerrero al finalizar su jornada.
Sin alejarse del balón, Velarde emprendió su camino como entrenador en los vibrantes terrenos de la Kings League con los Aliens de la Américas. Brillaron en el escenario internacional durante el Mundial de Clubes, pero la fortuna se extinguió como un meteoro, llevándolo a su última misión: la Liga MX.
Efraín «Chispa» Velarde: Nuevas luces en el firmamento poblano
El histórico «Chispa» arranca su andadura en los banquillos de la Liga MX bajo la tutela de Pablo Guede, decidido a reencontrarse con el protagonismo perdido de un Puebla adormecido, que busca resurgir como el Fénix en el Clausura 2025.
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Puebla, que desde los días de Nicolás Larcamón no ha logrado sobresalir, aumenta la carga emocional al incorporar a Velarde como auxiliar técnico, confiando en que su pasión y conocimiento le otorgarán el impulso necesario para dejar huella en la liga.
Con un equipo que anhela regresar al estrellato, la travesía de Velarde no será un simple paseo por el parque; será una batalla épica, una lucha diaria por devolverle a Puebla la gloria que una vez acarició. Será el momento en que la chispa ilumine el camino hacia un nuevo amanecer en los terrenos de juego.
