Después de una jornada electrizante en los cuartos de final de la Concacaf Champions Cup, ya tenemos definidos los fascinantes duelos que nos esperan en las semifinales. En un espectáculo digno de las grandes ocasiones, el Inter Miami se impuso gracias a un brillante doblete de su estrella, Leo Messi. Por otro lado, los Pumas sufrieron una dolorosa eliminación en el tiempo de compensación, dejando escapar su sueño de alzar el trofeo. Esta dura derrota significó que el técnico Efraín Juárez, que tiene un historial nada favorable contra el astro argentino, se evitara la posibilidad de enfrentarlo una vez más en esta competición.

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Los enfrentamientos de Efraín Juárez contra Leo Messi
La trayectoria de Efraín Juárez como futbolista lo ha llevado a encontrarse con Leo Messi en tres ocasiones, pero los números no juegan a su favor. Ahora como entrenador de los Pumas, su paso por la Selección Mexicana dejó una huella en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010. En aquel torneo, el combinado mexicano se enfrentó a la Argentina en octavos de final, cayendo por 3-1. Esa jornada del 27 de junio fue memorable, no solo por el triunfo de los sudamericanos, sino porque Messi no logró marcar, aunque su presencia en la cancha era indiscutible.
El primer cara a cara en clubes se dio el 19 de noviembre de 2011, en el mítico Camp Nou durante la Jornada 13 de LaLiga. El Barcelona se impuso con una contundente goleada 4-0 al Real Zaragoza, donde Messi anotó uno de los tantos que dejó sin respuestas a los defensores rivales.
La segunda oportunidad llegó cuando Juárez defendía el escudo del Zaragoza. En una tarde fatídica, el 7 de abril de 2012, las cosas no mejoraron: el partido terminó 4-1 a favor del equipo culé, reafirmando la hegemonía de Messi sobre el ex defensor.
La tristeza y el alivio de enfrentar a Messi
Después de la amarga eliminación de los Pumas en los minutos finales contra los Vancouver Whitecaps, hay un atisbo de alivio para Efraín Juárez: no habrá que enfrentar nuevamente al fenómeno argentino, quien le ha traído más pesares que alegrías en su trayectoria. Cada vez que la sombra de Messi se cernía sobre el campo, era como si el destino ya estuviera sellado. En cada duelo, la leyenda argentina mostró la calidad que lo distingue, y Juárez solo pudo ser un espectador de su grandeza.

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El fútbol, al igual que la vida, está lleno de sorpresas y desafíos. Pero en el corazón de los aficionados, los sueños nunca mueren, y la pasión por este hermoso deporte sigue latiendo con fuerza. ¡Que vengan las semifinales!
