El debut de Javier Aguirre como director técnico del Tri en su tercera etapa al mando no fue lo que muchos esperaban. No se trató del desempeño en la cancha, sino de la escasa asistencia en el Rose Bowl de Pasadena, California. A pesar de la gran expectativa generada alrededor de su regreso, el partido amistoso contra Nueva Zelanda estuvo marcado por la sorprendentemente baja afluencia de aficionados.
Descontento por los últimos resultados
Uno de los factores principales que pudo haber contribuido a la baja asistencia es el mal momento que atraviesa la Selección Mexicana. En los últimos meses, el Tri ha sufrido varias decepciones, incluyendo una derrota en la final de la Nations League contra Estados Unidos y una temprana eliminación en la fase de grupos de la Copa América.
Estos fracasos culminaron en la destitución de entrenadores como Diego Cocca y Jaime Lozano. Ahora, con Javier Aguirre al mando, se esperaba un nuevo inicio que atrajera a los seguidores, algo que no sucedió en esta ocasión ante un rival de poca influencia internacional como Nueva Zelanda.
¿Nuevo proceso, mismas decepciones?
A pesar de ser un nuevo proceso con Aguirre al mando y la inclusión de Rafael Márquez en el cuerpo técnico, los seguidores del Tri parecen haber perdido la confianza en el equipo tras los malos resultados recientes. Ni la presencia de una figura tan respetada como Márquez logró revertir la situación. Durante el arribo de la Selección a Los Ángeles, el exjugador del Barcelona fue el más solicitado por los aficionados para autógrafos y fotos, pero esto no se tradujo en una mayor asistencia al estadio.
A pocas horas del partido, la venta de boletos aún se mantenía abierta, tanto en taquillas como en línea, con entradas que oscilaban entre los 40 y 100 dólares. Aunque se podría considerar un precio accesible para la mayoría de los aficionados, la falta de interés en el juego quedó evidenciada en las gradas vacías del Rose Bowl.
¿Cuántos aficionados asistieron al debut del ‘Vasco’?
El Rose Bowl, con una capacidad para más de 90 mil personas, apenas logró reunir entre 15 mil y 20 mil aficionados, una pobre entrada que dejó en evidencia el descontento de la afición con el Tri. Tradicionalmente, los partidos de México en Estados Unidos suelen generar una gran respuesta, llenando estadios en ciudades como Los Ángeles, Chicago y Houston. Sin embargo, en esta ocasión, ni el atractivo de ver el debut de Aguirre ni la presencia del legendario Rafael Márquez como su asistente fueron suficientes para llenar las gradas.
El próximo compromiso de la Selección será otro amistoso, esta vez contra Canadá en Texas. Se espera que la entrada en este partido sea mejor, ya que se trata de un rival más competitivo. Sin embargo, si los resultados no mejoran y la actitud del equipo sigue dejando dudas, la Selección Mexicana podría continuar viendo una disminución en el apoyo de su afición.
Javier Aguirre y su equipo tendrán que mejorar rápidamente si desean recapturar la pasión y el apoyo incondicional de los seguidores del Tri. Los aficionados han demostrado que están dispuestos a llenar los estadios, pero necesitan ver un esfuerzo y resultados que hagan justicia a su lealtad y fervor.