Un adiós al estratega icónico del fútbol: Leo Beenhakker

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El universo del fútbol mexicano se tiñe de luto. Leo Beenhakker, el estratega neerlandés que revolucionó la esencia de las Águilas del América, ha fallecido a los 82 años. Su legado en el balompié azteca es imborrable, como un golazo que se queda en la memoria colectiva de los aficionados.
El arquero legendario Guillermo Ochoa, quien fuera una de las jóvenes promesas descubiertas por Beenhakker, expresó su pesar en redes sociales, con palabras que tocan el corazón: “Hoy se fue alguien muy importante en mi vida… me duele el alma. Gracias, míster Leo Beenhakker, por confiar en mí cuando apenas comenzaba…” Ochoa agradeció al entrenador por abrirle las puertas al profesionalismo, mostrando cómo Beenhakker forjó carreras y sueños.
El legado de Beenhakker en México
La carrera de Leo Beenhakker es como una novela apasionante de fútbol, que incluye capítulos en gigantes como el Real Madrid y el Ajax de Ámsterdam. Pero su injerencia en México, dirigiendo tanto a las Águilas del América como a las Chivas de Guadalajara, dejó una huella imborrable en el firmamento del fútbol nacional. En la temporada de 1994-1995, Beenhakker llegó al Club América con un enfoque de juego vertical y agresivo que encantó a los aficionados.
Una mezcla inolvidable de talento
Al llegar a tierras aztecas, el neerlandés armado con fichajes arriesgados como François Omam-Biyik y Kalusha Bwalya, quienes junto a leyendas como Luis Roberto Alves ‘Zague’ y un joven Cuauhtémoc Blanco, formaron un conjunto tan explosivo como un cohete, que desafortunadamente no logró el título debido a su intempestiva salida.

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Sus etapas en el América y las Chivas
En su primera etapa con el América, Beenhakker llevó al equipo a un brillante desempeño durante la temporada regular, aunque la historia dio un giro dramático cuando, tras su destitución, el equipo no levantó vuelo y fue eliminado en semifinales.
Volvió al nido americanista entre 2003 y 2004, orquestando 45 partidos de pura emoción: 21 victorias, 10 empates y 14 derrotas. Sin embargo, su paso no concluyó con títulos y los aficionados se quedaron con el deseo insaciable de verlo coronar al equipo en lo alto de la Liga MX.
En su breve paso por las Chivas, entre 1995 y 1996, Beenhakker luchó para replicar su fórmula ganadora pero los laureles del éxito le fueron esquivos.
Más allá de las fronteras mexicanas
Beenhakker es recordado no solo por sus hazañas en clubes, sino también por la dirección de selecciones como Arabia Saudita, Países Bajos, Trinidad y Tobago y Polonia. Un verdadero trotamundos del fútbol, su legado es un testimonio de la pasión y el arte de dirigir equipos y jugadores.
Mientras el fútbol mexicano despide con honor y nostalgia al "Míster", su memoria vive en cada gol, en cada aficionado y en cada joven talento al que dio alas para volar. Descanse en paz, Leo Beenhakker, que tus enseñanzas continúen iluminando las canchas.
