El Clausura 2025 de la Liga MX trae una sorpresa: Cruz Azul se muda al Estadio Olímpico Universitario como su nueva casa. Sin embargo, su primer encuentro contra Atlas ya levantó polémicas al intentar cubrir el escudo de los Pumas. ¿Qué puede y qué no puede hacer la Máquina en este icónico recinto?
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La polémica en Ciudad Universitaria
Desde su regreso al estadio de Ciudad de los Deportes, Cruz Azul ha lidiado con una serie de incidentes en la zona de prensa, incluyendo una trifulca durante las semifinales. Estas situaciones dejaron entrever su inminente salida de dicho estadio. Así, después de algunas semanas, se anunció su traslado a Ciudad Universitaria, todo gracias a la buena relación entre las directivas de ambos clubes. Aunque los seguidores no llenaron el estadio en su debut, lo que realmente llamó la atención fue su intento de tapar el escudo de los Pumas. Veamos qué tiene permitido y qué no el equipo cementero en el Olímpico Universitario.
¿Qué no puede hacer Cruz Azul en el Estadio Olímpico Universitario?
La Universidad Nacional Autónoma de México, al alquilar el recinto al Cruz Azul, puso ciertas condiciones claras, con el respeto al equipo local como la bandera principal. Estas son algunas de las restricciones:
- No cubrir el escudo de Pumas en la entrada de maratón, como si intentaran tapar la luna con un dedo.
- Los cintillos con los escudos de Pumas entre plantas alta y baja deben quedar descubiertos, como las franjas de una bandera en lo alto.
- No se ondearán las banderas de Pumas en las astas del estadio durante los partidos de Cruz Azul, pero el espíritu auriazul seguirá presente.
- En las bancas, se pueden cubrir los logos de Pumas con camisetas: una táctica para cambiar de equipo solo por unas horas.
- En el vestidor, la Noria tiene libertad de hacer cambios, siempre que todo regrese a su lugar tras el partido.
Cruz Azul deberá jugar sus cartas con prudencia en las próximas jornadas, esperando no romper el delicado equilibrio en este histórico estadio universitario. Todo está por verse en este vibrante regreso al Olímpico, donde cada partido será una danza entre lo viejo y lo nuevo.
