El nombre de Carlos Salcedo ha resonado con fuerza en el fútbol mexicano durante los últimos meses. Este talentoso defensor, quien alguna vez vistió la camiseta del Cruz Azul y demostró un retorno a su mejor forma, decidió posteriormente regresar a los Bravos de Juárez, en donde también dejó huella. Ahora, el destino podría situarlo en una sorprendente latitud: el eterno rival, Rayados de Monterrey.
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Rayados de Monterrey busca a su nuevo pilar defensivo
El enigma entorno a Carlos Salcedo tiene a todos con los ojos bien abiertos. Tras poner fin a su vínculo con Cruz Azul, se especuló que su futuro podría hallarse en tierras brasileñas o incluso al otro lado de la frontera, en la MLS. Sin embargo, optó por regresar a Juárez, donde se volvió una pieza indispensable en la estrategia de Barbieri. Con 12 partidos disputados, sus contribuciones en el campo incluyeron un gol y una asistencia, valiéndose como ancla del equipo, aunque insuficiente para llegar al ansiado Play In.
¿Qué equipo está detrás del ‘Titán’ Salcedo?
En el horizonte del fútbol mexicano, Rayados de Monterrey ha puesto sus cartas sobre la mesa, buscando fortalecer su armada de cara al siguiente semestre. Ya han logrado la llegada de Nelson Deossa y Luis Reyes, y ahora los focos de atención están sobre Carlos Salcedo. El defensor de 31 años está en la mira de la directiva y el cuerpo técnico quienes, como mariposas en flor, se sienten atraídos por su talento indudable.
El posible regreso al norte
El interés de Rayados despierta una trama fascinante, pues no podemos pasar por alto el hecho de que Salcedo dejó huella en la Liga MX vistiendo los colores de Tigres, los eternos rivales de Monterrey. Durante su estadía en la UANL, conquistó una Liga MX y una Concachampions, llegando incluso a jugar una final del Mundial de Clubes contra el todopoderoso Bayern Munich. Su hoja de vida en el club se cerró con más de 100 partidos disputados, y ahora, años después, el BBVA podría ser su nueva casa, un capítulo que de concretarse, pondría a muchos a soñar. En el fútbol, como en la vida, los caminos son a veces más sinuosos que una montaña rusa, pero igual de emocionantes.
