No cabe duda de que Adolfo «el Bofo» Bautista sigue siendo un personaje que genera controversia, incluso mucho después de colgar los botines. En esta ocasión, su comportamiento en un torneo infantil organizado por las Chivas lo ha colocado nuevamente en el centro de la polémica, pero desafortunadamente no por sus habilidades de dirección, sino por un episodio desafortunado en el que arremetió contra los árbitros tras recibir una tarjeta roja.
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La reacción de Bautista ha desatado un torrente de críticas hacia su persona, con muchos aficionados y expertos sugiriendo que la directiva del equipo rojiblanco debería intervenir. Sus actitudes, lejos de ser ejemplares, sirven como un mal ejemplo para los jóvenes a su cargo.
¿Qué hizo el Bofo para estar en el ojo del huracán nuevamente?
El exjugador, conocido por sus opiniones contundentes —especialmente contra el América—, perdió los estribos en un partido de la Copa Chivas. La intensidad con la que protestó las decisiones del árbitro culminó en su expulsión, un evento que refrendó su fama de polémico. Según reportes, durante su arrebato, Bautista profería insultos que no solo eran ofensivos, sino que algunos podrían considerarse hasta discriminatorios.
La Octava Sports resalta que el árbitro no dejó en buen lugar al ahora entrenador del Guadalajara. Entre sus insultos más graves, según constancias pertinentes, se escucharon términos como “lavacarros”, “ignorantes”, “indios” y “muertos de hambre”. La situación se tornó tan tensa que, al minuto 38, el Bofo recibió la roja por su actitud altanera y provocativa. Además, su negativa a abandonar el campo fue otra muestra de su descontrol, al salir vituperando contra todo lo que se cruzaba en su camino.
No hay postura de Chivas ni del Bofo Bautista todavía
Hasta el momento, tanto el club como Bautista se mantienen en silencio. Ni un tweet, ni un comunicado han surgido para abordar este desafortunado episodio que ha dejado un mal sabor de boca en los aficionados. Urge ver si Chivas tomará cartas en el asunto, pues la actitud del Bofo podría tener repercusiones más allá del terreno de juego, afectando la imagen del club y, lo más importante, el desarrollo de los jóvenes que están bajo su tutela.
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En este clásico juego de fútbol, las pasiones pueden ir de la alegría a la indignación en un abrir y cerrar de ojos, y el Bofo, nuevamente, se encuentra navegando en aguas turbulentas.
