Las Águilas del América han dado un golpe sobre la mesa poniéndole precio a Rodrigo Aguirre, su artillero uruguayo, después de que un gigante de Concacaf se fijara en él. A pesar del interés ferviente, parece que desprenderse del ‘charrúa’ en el siguiente mercado de verano será un sueño complicado de alcanzar.
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El oro que Peñarol no puede alquilar
Dentro del nido Azulcrema, la directiva cerró filas frente al interés de Peñarol, que busqueaba llevarse al delantero como un préstamo, pero el equipo mexicano mandó un rotundo no, dejando claro que Aguirre no es de los que se presta, solo se vende. América ha marcado su precio: entre 4 y 5 millones de dólares.
Caio Alexandre en el radar
Con la posible salida de Álvaro Fidalgo en la órbita, América tiene los ojos puestos en Caio Alexandre como un potencial reemplazante, en caso de que el español decida cambiar de aires.
Un trayecto de éxito al pie del ángel
Rodrigo Aguirre ha brillado con luz propia desde su llegada, habiéndose revitalizado tras su etapa con Rayados de Monterrey. Los cremas desembolsaron 3 millones de dólares por él, y desde entonces, el artillero ha demostrado ser un delantero de garantías, eclipsando incluso a Henry Martín en ocasiones.
Venta o nada: la postura del América
A los 30 años, sin ser titular indiscutible pero con presencia constante desde la banca, Aguirre se ha vuelto una joya codiciada y su salida parece un acertijo difícil de descifrar. Con un contrato vigente hasta junio de 2027 y habiendo anotado 11 goles y dado 1 asistencia en 26 partidos, el ‘Búfalo’ ha ayudado a alcanzar el título de Liga MX en el Apertura 2024.
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Desde las tierras charrúas, Peñarol sigue suspirando por Aguirre, pero las cifras propuestas no se acercan a los deseos dorados de Coapa. Sin lugar para préstamos, solo una venta definitiva puede separar al ‘Búfalo’ de su corral en el América.
El futuro de un goleador
A falta de definiciones claras, todo queda en manos de los clubes interesados que quieran llevarse el talento de Rodrigo Aguirre. El América, cual ángel guardián, vigila de cerca a su joya, sabiendo que por ahora, el uruguayo sigue escribiendo su historia en el campo del Estadio Azteca con la piel azulcrema.
