El vínculo especial del Real Madrid con Arabia Saudí se ha consolidado como algo único entre los equipos europeos. No solo hablan los tres de los cuatro títulos de la Supercopa de España conquistados en suelo saudí, sino también el increíble apoyo de los hinchas locales al conjunto merengue. Esta vez, el evento del partido se transformó en una auténtica celebración, llena de fervor y energía.
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Un viernes de pasión por el fútbol
El hecho de que el viernes sea festivo aquí en Arabia Saudí pudo haber contribuido a la masiva movilización hacia el estadio. Sin obligaciones laborales la mañana siguiente, los aficionados se volcaron en masa para disfrutar del torneo. En contraste con la atmósfera de las semifinales anteriores, el ambiente era completamente diferente. Nos sorprendimos al preguntar al personal del estadio sobre esta disparidad, y nos dijeron: “Existe una gran pasión por el Barça y el Madrid, pero la afición es predominantemente ‘blanca’. Podría decirte que un 65% son para el Madrid”. Este fervor se dejó sentir, no solo en el estadio sino también en las calles.
Un caos ordenado en las calles
El trayecto de 25 minutos desde nuestro hotel hasta el King Abdullah Sports City Stadium se convirtió en una odisea de hora y media, reflejando el caos que genera una multitud ansiosa por presenciar a su equipo. Este entusiasmo no se había visto en la semifinal previa entre el Barça y el Athletic Club.
La magia del balón en el estadio
Una explosión de alegría conquistó las gradas desde el primer toque del balón, un mar blanco constituido por camisetas del Real Madrid y la típica indumentaria saudí, el tobe tradicional. La Peña Madridista Blancos KSA puso la banda sonora a este apasionante encuentro, haciendo vibrar el estadio al ritmo del Bernabéu. Cada jugada de Vinícius, Mbappé y Bellingham fue recibida como si de una final de Champions se tratase, anticipando que el ‘Rey de Arabia’ estaba presente. Al final, el cántico “Así gana el Madrid” resonó por todo el estadio.
Nostalgia en el aire
La noche en Jeddah también tuvo su dosis de nostalgia. Karim Benzema, ahora estrella del Al-Ittihad Jeddah Club pero siempre leyenda blanca, se dejó ver en el palco de su estadio. Visitó a sus excompañeros, deseándoles suerte en un partido al que no le faltó emoción, pese a la lucha incansable del combativo Mallorca de Jagoba Arrasate. Cuando Benzema apareció en los videomarcadores, el estadio estalló en un coro de “Benzema, Benzema”, un rugido que hizo temblar la tribuna de prensa y trajo evocadores recuerdos de sus días de gloria en el Real Madrid.
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Orgullo y corazón bermellón
Los valientes seguidores del Mallorca que viajaron a Jeddah también merecen su reconocimiento. Se hicieron sentir durante la primera parte, sosteniendo con coraje el orgullo de su equipo. Compitieron con el corazón en la mano, como si fueran los 20,000 guerreros que su presidente había mencionado antes del encuentro, enfrentando el apoyo local masivo al Madrid.
Un clásico con sabor a revancha
Finalmente, la lógica de la superioridad del Real Madrid se impuso en la brillante ‘Joya del Mar Rojo’, preparándose para el primer clásico del 2025. Con aires de vendetta, este encuentro será crucial para ambos equipos. Los blancos buscan olvidar el 0-4 sufrido en Liga en el Bernabéu, mientras que el Barça quiere recuperar el trono de la Supercopa, esa que perdió la temporada pasada en Riad con un contundente 4-1. En Jeddah, el destino está listo para escribir otro capítulo inolvidable de fútbol de quilates, en medio de una tormenta por las sanciones recientes que casi empañaron el fútbol. Arabia deseaba el clásico, y lo tendrá.