Xabi Alonso y el Desafío de las Ruedas de Prensa
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Las ruedas de prensa no son el terreno favorito de Xabi Alonso. Aunque los futbolistas no lo intimidan, prepararse para enfrentar a la prensa en Valdebebas es un ritual al que dedica minuciosamente su tiempo, junto a su encargado de prensa. La primera tarea del técnico tolosarra es reconocer a los periodistas, dándole un rostro a cada firma y voz. Mientras Juan Camilo organiza las preguntas, Alonso barrena el ambiente con una mirada penetrante.
El Proceso de las Preguntas
La selección de periodistas que pueden preguntar es pulida con precisión quirúrgica. El baile comienza con Victorio Calero, quien siempre dispara la primera pregunta sobre el enfoque del partido. A este le siguen cuestiones futboleras y amables, salvo por el siempre ansiado toque sensacionalista que busca captar titulares. Recientemente, las tensiones con Vinícius y las exigencias de Rodrygo han sido el hueso duro de roer. Las preguntas concluyen con la voz de una corresponsal brasileña y el educado «Gracias» de Xabi. Nada como lo de Ancelotti, cuyo carisma y humor transformaban cada rueda de prensa en un inesperado espectáculo.
Tensión en el Vestuario
La reciente goleada en el Metropolitano ha trastocado los planes de Alonso. Los problemas del pasado persisten en el Madrid: enfrentamientos catastróficos contra grandes rivales son una espina en el camino. A pesar de sus esfuerzos, los resultados negativos ante equipos como el PSG y el Atlético reflejan la inconsistencia de los merengues en choques decisivos.
Desafíos Internos y Reproches
Lo que realmente sorprendió a Alonso fue la rápida revuelta en su propio vestuario. Las suplencias de Vinícius eran un peaje inevitable en su sistema meritocrático. Sin embargo, el arrojo de Rodrygo, limitándose a jugar solo en su posición preferida, y el descontento de Valverde han encendido las alarmas. La rueda de prensa del uruguayo adelantó un descontento que se reflejó claramente cuando Valverde fue relegado al banquillo.
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Dudas y Fricciones
La credibilidad de Alonso dentro del vestuario se tambalea. La inclusión apresurada de Bellingham y la confianza en jugadores que aún no han demostrado su valía inquietan al equipo. Esta disconformidad, sumada a dos derrotas contundentes bajo su mando, prepara el terreno para un clásico explosivo contra el Barcelona en el Bernabéu. Es el “match ball” que podría definir el futuro de Xabi en el banquillo blanco.
