El entusiasmo en el Estádio da Luz se palpaba en el aire mientras el Benfica lograba una contundente victoria por 3-0 frente al Nacional este sábado. En un encuentro marcado por la intensidad y los penaltis, el conjunto lisboeta dejó claro por qué son considerados uno de los gigantes de Portugal.
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Inicio fulgurante con Amdouni
Desde los primeros compases del juego, el Benfica mostró sus garras. Apenas habían transcurrido cinco minutos cuando Zeki Amdouni encendió la fiesta en las gradas marcando el primer tanto tras un exquisito pase de Dahl. Como un relámpago en una noche de tormenta, el gol iluminó el camino hacia la victoria de las ‘águilas’.
Penaltis en el candelero
El duelo continuó con emociones al rojo vivo. Un choque entre Zé Vítor y Belotti desembocó en el primer penalti para el Benfica, que Orkun Kokçu, con nervios de acero, convirtió en un magistral gol. El turco-neerlandés, quien llegó procedente del Feyenoord, no dejó espacio a la duda y amplió la ventaja del equipo de casa.
Pero el espectáculo no terminó ahí. El Nacional tuvo su oportunidad desde los once metros cuando António Silva cometió falta sobre Labidi. Dudu, el brasileño del Nacional, se preparó para lanzar, pero se encontró con Samuel Soares, que con reflejos felinos, paró el disparo y preservó la ventaja del Benfica.
El broche de oro: Pavlidis
Con el tiempo añadido pisándole los talones al cronómetro, el Benfica selló su triunfo con otro penalti. En esta ocasión, tras una mano de Zé Vítor, Vangelis Pavlidis no perdonó y envió el balón al fondo de la red, dejando sin opciones al guardameta del Nacional, Lucas Franca. El rugido del público resonaba como una ola gigantesca acometiendo el costa.
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El horizonte europeo
Esta victoria renovó el ánimo del Benfica tras su reciente derrota contra el Barcelona por 0-1 en la Liga de Campeones. Las ‘águilas’ ahora se preparan para el reto de enfrentarse nuevamente al conjunto catalán este martes, con la esperanza de volar alto sobre el Camp Nou.
Escenario de la liga
Con esta victoria, el Benfica se mantiene firme en la segunda posición de la Liga de Portugal, empatado a 56 puntos con el líder, el Sporting. Sin embargo, con un partido menos tras el aplazamiento del enfrentamiento contra el Gil Vicente, las posibilidades de ascender en la clasificación son una realidad tangible para los lisboetas.
El Estádio da Luz fue testigo de un espectáculo donde el fútbol mostró una vez más su capacidad de emocionar y unir a una afición que sueña en grande.
