La final de la Copa del Rey 2025 dejó a los aficionados al borde de sus asientos con un dramático desenlace en el último instante del tiempo reglamentario. En el minuto 96, un penalti fue anulado por el VAR, una decisión que pudo haber coronado al campeón sin necesidad de prórroga. El corazón del partido latía acelerado con la internada de Raphinha, quien, en un intenso forcejeo con un astuto Asensio, provocó que el colegiado, Burgos de Bengoechea, señalara lo que parecía el fin del cuento.
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Decisión del VAR en el Ojo del Huracán
Sin embargo, la interferencia del VAR dio un giro dramático a la historia, enviando el encuentro a la prórroga mientras las gradas explotaban en incredulidad. Voces expertas, como la de Pérez Burrull en Radio MARCA, hicieron eco del sentimiento en la afición: «Para mí es penalti. El defensa del Madrid resbala, llega tarde y derriba al brasileño.» Era una montaña rusa de emociones, y la incertidumbre mantenía en vilo a jugadores y seguidores por igual.
El Árbitro en el Centro del Huracán
Los jugadores azulgranas alzaron la voz en una oleada de protestas tras la decisión de Burgos de Bengoechea. No fue hasta que revisó las imágenes en el monitor que decretó que no hubo contacto alguno. El peso de la decisión era comparable al de un castillo de naipes a punto de derrumbarse.
Un Árbitro de Categoría para una Final de Infarto
Ricardo Burgos de Bengoechea, natural de Vizcaya y con una trayectoria brillante, no es un novato en estos mares turbulentos. Con diez temporadas en Primera División y siete años como árbitro internacional, su experiencia se ha forjado en el fuego de enfrentamientos de alta tensión, desde el derbi madrileño hasta la Supercopa de España 2017. Un veterano en la palestra, sabe navegar entre las aguas revueltas del balompié.
Así, el escenario estaba listo para una prórroga que prometía seguir escribiendo la historia con letras doradas. El fútbol, impredecible como la vida misma, nos recordó una vez más por qué lo amamos tanto.
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