Un gol de Dani Gómez en el ocaso del partido salvó al Real Zaragoza, otorgándole su primer punto de la temporada y un bálsamo momentáneo que no debería ocultar las serias deficiencias de un equipo tan necesitado de refuerzos como de decisiones acertadas desde la dirección y el banquillo. En Castellón, el equipo aragonés fue un títere en manos de su adversario, que le perdonó en sus peores momentos y castigó su apatía defensiva.
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Un Plan Defensivo a Prueba
Con una táctica clara de resistir, el Zaragoza se plantó con un 5-4-1, debutando Insua junto a Radovanovic y Saidu. La estrategia de Johan Plat, técnico rival, era explotar el flanco izquierdo, donde Francho y Saidu se batieron con garra, pese a la poca ayuda de Aketxe.
Una Primera Parte de Sufrimiento
El Castellón zarandeó al Zaragoza en los primeros 15 minutos, con Cipenga como protagonista principal, rozando el gol en varias ocasiones. La madera del larguero fue la aliada del Zaragoza, evitando un cabezazo de Alberto que ya se gritaba gol.
A medida que el primer tiempo avanzaba, el Zaragoza comenzó a despojarse del asedio, aunque apenas merodeó el área rival. Cámara logró marcar, pero el gol fue anulado por fuera de juego de Alberto. Un disparo lejano de Aketxe y un tiro de Moyano bloqueado por Amir fueron las únicas amenazas visitantes.
Reacción Zaragoza
La segunda parte mostró un Zaragoza más intenso y organizado. Sin embargo, fue el Castellón quien golpeó primero, aprovechando un descuido defensivo para que Mellot asistiera a Cipenga, quien no perdonó. El gol hacía justicia, pero despertó a los zaragocistas, que tras cambios tácticos comenzaron a hacer daño.
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Un Final de Infarto
Con Dani Gómez y Valery en el campo, el Zaragoza resucitó. Saidu, el verdadero motor, casi iguala el marcador con un cañonazo al travesaño que hizo temblar el estadio. Adrián, el salvador bajo palos, evitó dos goles cantados del Castellón, permitiendo que el tiempo corriese hasta el gol de empate de Dani Gómez en el minuto 85.
Gómez tuvo en sus botas la victoria en una última jugada que levantó al público, aunque fue anulada por un supuesto fuera de juego de Pau Sans que el VAR desmintió.
Con este empate, el Zaragoza deberá reflexionar profundamente sobre su camino en la temporada, necesitando no solo reforzarse, sino acertar con decisiones críticas tanto dentro como fuera del campo.
