Unai Simón regresa con fuerza. En una noche en San Mamés, digna de un cuento de hadas para los aficionados del fútbol europeo, el portero del Athletic Club, Unai Simón, volvió a sentirse como pez en el agua después de una larga espera en la banda. La afición le recibió con los brazos abiertos, dando inicio al partido ante el Elfsborg con estruendosos aplausos, cual bienvenida de héroe tras cuatro meses de ausencia por una lesión de muñeca que requirió cirugía tras la Eurocopa. Era el regreso de un líder, de un baluarte del equipo.
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Un estreno continental sin sobresaltos
En un partido donde el Elfsborg ofreció poca resistencia, Simón se convirtió en un espectador privilegiado de la contundente actuación de su equipo. Sin tener que mancharse los guantes, fue un director de orquesta, guiando su defensa desde atrás, aunque en un centro lateral midió mal. Incluso se vistió con el brazalete de capitán tras la sustitución de Iñaki Williams, una responsabilidad que recibió con sorpresa pero con orgullo.
Las emociones a flor de piel
«Siempre es bonito jugar en San Mamés, ha sido muy especial para mí», comentó emocionado al micrófono de Movistar+. Y en la zona mixta, confesó que el cariño mostrado por sus seguidores le causó una sensación indescriptible: «Es increíble cómo me reciben, es una sensación que no se puede explicar con palabras». La felicidad y el agradecimiento eran evidentes en cada palabra que pronunciaba.
En camino a su mejor versión
Con su habitual temple, Simón reconoció que su recuperación aún no está completa, trabajando arduamente para volver al nivel que lo llevó a conquistar el Zamora la pasada temporada. «Los plazos se han cumplido, sigo mejorando con cada día que pasa», explicó. Este partido marcó otro hito personal al ser su primer encuentro europeo con el Athletic, un sueño que alimentaba desde su debut.
El ansia de volver a competir
Simón hizo saber a Ernesto Valverde su deseo de regresar al campo tan pronto como tuviera el alta médica. Aunque la confianza recayó este tiempo en Julen Agirrezabala, Unai estaba ansioso por volver a lucir la camiseta. «El listón está alto y eso es una bendición para el equipo», declaró, refiriéndose al buen nivel mantenido por sus compañeros de posición.
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Finalmente, este jueves fue una escala más en su proceso de reincorporación. Como un ave fénix recobrando sus alas, Unai Simón tomó el campo contra el Elfsborg como un paso vital. Valverde, con una estrategia a mediano plazo, confía en rotar inteligentemente sus porteros para maximizar su potencial. San Mamés, como un volcán en erupción, continúa demostrando su deseo de ver al guardameta vestir su mítica camiseta una y otra vez.
