Un Grito en Mestalla: La Roja a Vinicius Junior
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En el pitido final del vibrante duelo entre Valencia y Real Madrid, la polémica se desató como un relámpago en el cielo despejado. La tarjeta roja al astro brasileño, Vinicius Junior, volcó todas las miradas hacia el colegiado Soto Grado, quien decidió echar al futbolista por un incidente con el meta valencianista Dimitrievski, tras una provocación que encendió la chispa de la controversia.
Una Decisión desde el VAR
El VAR, bajo el liderazgo de Muñiz Ruiz, se convirtió en el ojo de halcón que avisó a Soto Grado de una posible «conducta violenta». Tras un meticuloso repaso a cámara lenta, el árbitro tomó la drástica decisión. Con firmeza, sentenció: «voy a sacarle la roja por golpear con los brazos en la cabeza al número 7». Como una tormenta que sorprende a un navegante en alta mar, el impacto fue inmediato y dejó a Vinicius fuera de juego.
Acta: La Pluma de la Justicia
El acta del encuentro dejó constancia con la claridad de un cristal: la expulsión fue por golpear deliberadamente a un adversario sin que el balón estuviese en juego, utilizando una fuerza «no insignificante». Este elemento, que podría intensificar el castigo, quedó registrado con precisión quirúrgica: “En el minuto 79 el jugador (7) De Oliveira Do Nascimento, Vinicius José fue expulsado…” Hasta los detalles finales, como la reticencia de Vinicius a abandonar el campo, se grabaron en tinta indeleble.
Días de Recurso y Reacción
Por su parte, el técnico Carlo Ancelotti ya ha adelantado lo que promete ser un emocionante contraataque: el club blanco presentará el recurso necesario en busca de justicia para su estrella. Con la pasión de un sabio conocedor del balompié, el míster italiano esboza sus próximos movimientos, preparado para una batalla que promete tener tanto en el terreno de juego como fuera de él.
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En resumen, estos minutos finales en Mestalla han pintado un fresco lleno de drama y controversia, como una visita documentada en un museo del fútbol donde cada decisión cuenta y cada expulsión alimenta la historia. El desenlace, como un buen partido, sigue en juego.