En un duelo vibrante y lleno de emociones encontradas, el Girona logró rescatar un valioso empate en casa gracias a su talismán de siempre, Cristhian Stuani. El cuadro catalán, respaldado por la siempre enérgica afición de Montilivi, se vio obligado a luchar contra corriente tras el gol de Diego López que puso al Valencia por delante en el marcador. Con este resultado, el Girona acumula seis partidos sin conocer la victoria y suma su tercer empate consecutivo, alcanzando los 34 puntos. Por un lado, la distancia de siete puntos con el descenso ofrece un respiro, pero quedarse a seis puntos del séptimo puesto deja un sabor agridulce.
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Breve Análisis de la Alineación
El técnico vallecano Míchel apostó por mantener la columna vertebral de su once habitual, con el único cambio forzado de Danjuma, buscando dar continuidad y estabilidad al equipo. Mientras tanto, Corberán buscó reforzar su defensa en el Valencia con la incorporación de Diakhaby, formando un sólido muro de cinco hombres en la retaguardia. La táctica del técnico ché estaba clara: aguantar y aprovechar sus oportunidades al contragolpe.
Un Primer Tiempo con Intensidad Contenida
Desde el inicio, se notaron las intenciones de ambos equipos. El Girona tomó las riendas de la posesión del esférico, mientras que el Valencia armó su trinchera con un esquema 5-4-1. En una primera mitad más táctica que vistosa, las ocasiones se contaron con los dedos de una mano. La intervención de Gazzaniga tras un potente cabezazo de Sadiq y los intentos elevados de Arthur y Krejci mantuvieron a los porteros en alerta.
Una de las acciones que marcó el primer acto fue el infortunado encuentro entre Iván Martín y Gayà, que terminó con ambos jugadores en el suelo. El ’23’ del Girona tuvo que ser sustituido por Van de Beek debido a un problema muscular, mientras que el capitán del Valencia, tras recibir un pisotón de novela de suspense, logró continuar.
La Resurrección de Montilivi
El segundo tiempo necesitaba chispa y eso fue lo que brindó el Girona. Al verse por detrás en el marcador gracias al tanto de Diego López, Montilivi se despertó de su letargo. El arquero Mamardashvili hizo una parada de manos de ángel sobre Arnau, pero nada pudo hacer para detener el monumento de gol que enmarcó Stuani, quien cabeceó impecablemente un medido centro de Miguel al fondo de las mallas.
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La entrada de Romeu y Stuani fue el punto de inflexión que giró la balanza emocional del encuentro e inyectó determinación al conjunto gerundense. Aunque el esfuerzo fue titánico, el empate final quedó corto ante el deseo de los anfitriones de brindarle una victoria a su afición. Sin embargo, el repunte y garra mostrada dejan al equipo con un rayo de esperanza para las jornadas venideras, mientras el Valencia saca petróleo con un punto fuera de casa, sosteniéndose a flote en la lucha por mejorar su posición en la tabla.
