El Espanyol asegura su permanencia en Primera División con una victoria épica en el RCDE Stadium. En un estadio lleno hasta la bandera, el conjunto blanquiazul superó los nervios y selló la salvación con goles decisivos de Puado y Pere Milla. Manolo González, con lágrimas de emoción, protagonizó una escena conmovedora mientras la afición invadía el campo en celebración.

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Silencio y Nerviosismo en el RCDE Stadium
La jornada 38 de LaLiga EA Sports comenzó con una tensión palpable. Un mosaico representando el año de fundación del Espanyol, 1900, y el himno cantado a capela resonaron en el recinto. Sin embargo, pronto llegaría el primer revés emocional: el CD Leganés se adelantaba en Butarque con un gol de Javi Hernández a los 24 minutos, sumiendo al estadio en un silencio sepulcral.
El Golpe del Leganés
El gol del Leganés apagó momentáneamente a la apasionada afición perica. Ni un suspiro se escuchó durante medio minuto, mientras en Madrid se desataban las alegrías. Pero la determinación del equipo y el apoyo incondicional de los hinchas permitieron al Espanyol sacudirse la presión.
La Alegría de la Salvación
Manolo González, el estratega detrás de esta salvación, vivió intensamente cada minuto desde la banda. El penalti transformado por Puado y el posterior gol de Pere Milla fueron un respiro. Como un torero ante su público, la afición cantaba «Tamudo, Tamudo», homenajeando a uno de sus héroes mientras las pantallas mostraban al legendario goleador.
Lágrimas de Manolo González
El técnico no pudo contener sus emociones, rompiendo en llanto mientras su equipo aseguraba la permanencia. Cada momento de sufrimiento y angustia acumulado durante 37 jornadas por fin se liberaba en sus lágrimas mientras el RCDE Stadium estallaba en júbilo.

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Invasión de Campo y Celebración
Con el pitido final, miles de aficionados invadieron el césped, transformando el estadio en un mar humano. Jugadores como Omar El Hilali fueron levantados a hombros, y los cánticos de «Directiva dimisión» y «Chino, vete ya» resonaron en el aire. La celebración culminó con un discurso de Joan García y peticiones de renovación para jugadores clave.
La salvación del Espanyol es un testimonio del espíritu indomable del equipo y su hinchada, que juntos superaron los obstáculos en un día que quedará en la memoria del fútbol español.
