Hace apenas nueve días, en un emocionante cierre de los Juegos Olímpicos de París, donde Francia se enfrentó a España en la final de fútbol, Santi Denia volvió a protagonizar una escena que ya es habitual en su vida. Tras calmar los nervios y apretar el puño en señal de victoria, celebró junto a su equipo. Pero fue el emotivo abrazo con Luis de la Fuente, que descendió rápidamente desde el palco para felicitar a los campeones, lo que capturó la televisión. Mientras De la Fuente avanzaba hacia los focos, Denia se desvanecía en un segundo plano, perfectamente ilustrando su carrera: un vencedor discreto.
De Albacete a los Banquillos
Santi Denia (Albacete, 1974) irrumpió en el fútbol casi de puntillas, primero como jugador y luego como entrenador. Reclutado en los años 90 por el Albacete Balompié, Denia disfrutaba jugando en el barrio del Pilar y les costó a Ginés Meléndez y Antonio Flores convencerlo para unirse al club. Un día, impulsado más por un capricho que fe, decidió probar suerte y, silenciosamente, comenzó su viaje hacia la leyenda.
Primeros Pasos en el Primer Equipo
En el verano de 1992, con Benito Floro fichado por el Real Madrid, Julián Rubio asumió el timón del Queso Mecánico y, junto a los técnicos del club, decidió que Santi y otros juveniles se unieran a la pretemporada del primer equipo. Ante las cámaras en junio, durante un homenaje en Costa Rica, Santi empezó a consolidar su sitio en la élite, dejando atrás a su compañero inseparable, Criubaldo.
Su debut en Primera División, frente a un formidable Davor Šuker y su Sevilla, fue una prueba de fuego con una agridulce derrota 0-3. Sin embargo, el técnico confió en su talento, y pronto Santi se convirtió en un fijo del equipo, brillando hasta ser internacional y fichado por el Atlético de Madrid, donde consiguió un histórico doblete: Liga y Copa. Siempre eficaz y discreto, su estrella nunca dejó de brillar.
De los Campos al Banquillo
Retirado en 2007, Santi obtuvo su tercera licencia de entrenador en Las Rozas en 2008, junto a grandes nombres como Karanka y Hierro. Allí, bajo la tutela de antiguos maestros como Ginés Meléndez, perfeccionó su arte, demostrando una pasión y un compromiso envidiables.
«Verle arriba es una satisfacción. Es tranquilo y comedido, como parte de esa escuela Del Bosque implantada por Iñaki Sáez y Ginés Meléndez y que también está sabiendo continuar De la Fuente», comenta Antonio Flores, en referencia al estilo de Santi.
Una Carrera Ascendente
En 2009, Santi se incorporó al Atlético de Madrid en su dirección deportiva, asumiendo el control del equipo interinamente tras la destitución de Abel Resino. Pero fue en la RFEF donde continuó su trayectoria, dejando su sello en todas las categorías inferiores y alcanzando numerosos triunfos.
Ginés Meléndez afirma: «Santi es una esponja. Fue segundo mío, de Milla, de Celades, de Lopetegui y de De la Fuente y de todos ha ido cogiendo algo. Será seleccionador absoluto».
Un Héroe Dentro y Fuera del Campo
Santi es considerado un héroe no solo por sus logros deportivos, sino también por sus valores. En la Asamblea de la Vergüenza del 25 de agosto de 2023, su negativa a aplaudir a Rubiales y su valiente explicación posterior le ganaron el respeto de muchos.
Con un temperamento calmado y determinado, Santi ha ganado la simpatía de todos en Las Rozas. La dirección deportiva apuesta por él, y los veteranos lo ven como el futuro seleccionador nacional.
Recientemente, Santi ha sido nombrado hijo predilecto de Albacete, y con el panorama cambiante en la Federación, su camino parece no tener límites. Siempre volando alto, aunque prefiriendo el rol de copiloto.