Muchos podrían pensar que un empate ante el eterno rival y una racha de cuatro partidos sin victoria no son motivos de alegría. Sin embargo, este Manchester United puede encontrar un rayo de esperanza tras llevarse un empate de Anfield contra el Liverpool, en un enfrentamiento colosal que brindó una segunda parte inolvidable. Una auténtica joya de la Premier League.
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El mejor United de la temporada
El Manchester United dio un golpe sobre la mesa al enfrentarse de tú a tú al mejor equipo de Inglaterra, e incluso tuvo momentos de dominio en un estadio tan intimidante como es Anfield, donde nadie ha conseguido ganar. Los mancunianos, acostumbrados esta temporada a un juego lento y predecible, tomaron las riendas y ofrecieron destellos de lo que podría ser el esperanzador proyecto de Ruben Amorim.
Diallo amarga la fiesta en Anfield / AP
A pesar de jugar su mejor fútbol del año, el equipo no pudo alcanzar la victoria. «Hoy se vio la mentalidad. Eso fue crucial…», afirmó un Rubén Amorim visiblemente molesto tras el empate.
Fernandes en modo MVP
El gran estandarte del United fue sin duda Bruno Fernandes, quien brilló intensamente en medio de la tormenta. Con una asistencia ‘a lo Iniesta’, permitió que Lisandro Martínez abriera el marcador. Fernandes controló el centro del campo junto a Ugarte y Mainoo, superando a jugadores de la talla de Mac Allister y Gravenberch.
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Jóvenes promesas en acción
Otra noticia alentadora fue el impacto desde el banquillo de Joshua Zirkzee y Leny Yoro. Zirkzee, tras un inicio complicado, mostró destellos prometedores que podrían valerle un papel más destacado en el equipo. Yoro, fichado en verano, evitó un mano a mano de Darwin Núñez con Onana en un corte crucial. Garnacho también asistió a Diallo en el empate 2-2, justificando su necesidad de más minutos.
De Ligt, un dolor de cabeza defensivo
El punto negro del encuentro fue Matthijs de Ligt, quien sigue siendo un quebradero de cabeza en la defensa. Sus errores permitieron los goles de la remontada del Liverpool: un mal tackle abrió la puerta a Gakpo y unas manos innecesarias concedieron un penalti a Salah. De Ligt continúa siendo un talón de Aquiles, acumulando errores infantiles en su trayectoria por las ligas europeas.
Este empate deja al Manchester United con un regusto agridulce, sabedores de que, aunque demostraron valentía y potencial, aún tienen un largo camino por recorrer para volver a la elite del fútbol inglés. Sin embargo, el espíritu mostrado en Anfield es una chispa capaz de encender la llama de la esperanza en Old Trafford.
