En una noche que parecía digna de una montaña rusa de emociones, el Real Madrid logró arrebatar tres puntos en un partido agónico, dejando a sus seguidores con el corazón en un puño. En pleno mes de abril, cuando el fútbol europeo empieza a oler a títulos y trofeos, el conjunto de Ancelotti aún se aferra a sus sueños, aunque con un juego que no termina de convencer ni de hacerse sentir como un huracán imparable.
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Polémicas y Contratiempos
El encuentro contra el Leganés estuvo marcado por la controversia. Dos jugadas puntuales levantaron polvareda: la primera, un penalti señalado sobre Arda Güler tras una acción de Óscar que desencadenó el 1-0, levantando las iras de los visitantes. La segunda, la falta que culminó en el 3-2 por parte de Mbappé, en la que Renato Tapia, con gesto de incredulidad, no parece cometer infracción alguna.
El míster del Leganés, Borja Jiménez, conocido por su temperancia, no pudo evitar alzar la voz como quien ya ha rebosado el vaso. Sus palabras reflejaron el enfado y la indignación del vestuario tras revisar las jugadas en pantalla.
El Desahogo en Redes
Como si se tratase de una tragicomedia, el Leganés expresó su frustración en las redes sociales con un mensaje cargado de ironía: “Y encima hoy nos roban también una hora… Seguimos luchando, pepineros”. Un claro guiño al cambio horario, que se lleva una hora como el viento arrastra las hojas de otoño.
Voces desde el Vestuario
Lunin, encargado de custodiar el arco madridista en la ausencia de Courtois, rompió su silencio ante los micrófonos de la zona mixta. Con una declaración tan delicada como un funambulista sobre la cuerda floja, expresó: «No quiero hablar de las decisiones de los árbitros. Tenemos que ganar estos partidos sin ayuda… me refiero, tenemos que solucionar los partidos jugando bien, jugando ordenados. Intentar no encajar goles, las cosas sencillas. Ganar así para no meterse en el mundo de los árbitros».
La pasión del fútbol es así, un deporte que no solo se juega sobre el césped, sino que también se siente en el alma de cada aficionado. Por ahora, el Real Madrid navega en un mar de retos y esperanzas, mientras el tiempo continúa su curso inexorable hacia el desenlace final de la temporada.
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