Si antes del enfrentamiento con el Arsenal la palabra que flotaba en el ambiente era «remontada», tras la eliminación lo que se escuchó retumbar en el Bernabéu fue el nombre de Mbappé. El astro francés simbolizó el descalabro merengue, marchándose del campo entre la desaprobación de parte de una grada que también optó por retirarse anticipadamente mientras el reloj certificaba el 1-2, culminando un 1-5 en el global de la eliminatoria. Algunos insinuaron que Mbappé se había «borrado» del partido, pero ya está confirmado que no estará frente al Athletic. Sus compañeros se encontrarán sin ese escudo protector frente a las críticas.

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El regreso del Madrid sin Mbappé: un Bernabéu expectante
Con Mbappé lesionado y sancionado, el equipo blanco hará su reaparición ante su afición en su ausencia. Será un respiro del murmullo que acompañará al Real Madrid desde la presentación de los jugadores, un termómetro tras la eliminación en Champions. Aunque no estará en el cruce intersemanal con el Getafe, sí veremos a Mbappé en la batalla campal de la final de la Copa del Rey contra el Barça, donde busca redimirse de la espina de los últimos clásicos en los que fue desbordado.
San Mamés: Piedra angular de un cambio forzoso
Comparando con la temporada pasada, Mbappé se posiciona como el epicentro de la discordia. Lo que debía ser un fichaje estelar se ha convertido en una carga para el vestuario y en una cortina tras la cual otros, como Vinicius o Rodrygo, se han refugiado. Mbappé, en el choque en San Mamés, vivió la soledad del corredor de fondo: «Puede hacerlo mejor», decía un Ancelotti protector, intentando cobijar a un crack atrapado en una jerarquía trastocada tras la salida de pesos pesados como Kroos y Nacho. Aquel día, falló un penalti, tocando fondo en una noche para el olvido.
Desde entonces, su resurrección en cifras ha sido notable, pero solo en partidos contados como contra el City o la primera mitad ante el Atalanta. «Bilbao me hizo bien, porque toqué fondo… Me di cuenta que debía dar el máximo por esta camiseta», confesó más adelante Mbappé.
La eterna comparación con Cristiano Ronaldo
Antes de aquella noche en Bilbao, ya había fallado un penal frente al Liverpool. Su gesto al lanzar esas penas máximas reflejaba a un jugador que aún no encontraba su sitio soñado en la Casa Blanca. La comparación con Cristiano Ronaldo ha sido una sombra pesada y su secuencia de errores se revivió tras el fiasco ante el Arsenal. Dos liderazgos, dos mundos: el portugués se enfrentó a un Barça dominador, mientras que Mbappé llegó a un club que parecía imbatible en LaLiga. Pero el guion de esta temporada ha tomado un giro inesperado.

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La entrada de Mbappé sobre Antonio Blanco en su choque con el Alavés simbolizó un preludio del colapso total, culminado en el torneo que aún se le resiste: la Champions. A media tarde de aquel sábado, el Madrid se lamía las heridas esperando un tropiezo culé que nunca llegó, dejando sin tapadera la lista de excusas madrileñas.
