David Alaba, el bastión del Real Madrid, regresó al campo como titular en el duelo contra el Girona, pasados 434 días de una dolosa lesión de rodilla. La sombra de esta grave lesión, que normalmente dicta una recuperación de entre ocho a diez meses, se alargó hasta los 14 meses y 73 partidos, tras varios intentos fallidos de retorno debido a inoportunas recaídas.
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Al concluir el encuentro, Alaba expresó: «Por fin estaba listo para ser titular, estoy feliz». En una decisión estratégica, Ancelotti dio descanso a Rüdiger e introdujo al austriaco en el campo, que había pasado demasiado tiempo alejado del once inicial. A pesar de que el ataque del Girona no consiguió ponerle demasiadas veces en aprietos, Alaba supo cumplir con su cometido, logrando un regreso con broche de oro.
Refuerzo para Ancelotti
La vuelta de Alaba es una brisa fresca para el entrenador italiano, ofreciendo un respiro a una defensa que ha sido golpeada tras la reciente lesión de larga duración de Militao. Las bajas forzaron al técnico blanco a experimentar, con Tchouameni o con el prometedor canterano Asencio, quien asumió el desafío con acierto como un adalid en la tormenta.
Momento clave de la temporada
El regreso de Alaba ocurre en un momento crítico de la temporada, en el que el Real Madrid comienza a jugarse los títulos en las competiciones en las que aún tiene opciones. Aunque tiene 33 años y más de un año alejado de la competición, es consciente de que debe ir ganando ritmo y forma poco a poco. La cautela es su aliada, pero Alaba tiene el tiempo suficiente para llegar al final de la temporada en su máximo esplendor, listo para aportar su granito de arena al servicio de su equipo.
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