Loren Juarros presentó a David Larrubia durante la emocionante renovación del joven malagueño con el Málaga CF, extendiendo su vínculo hasta 2028. En una rueda de prensa cargada de compromiso y emoción, el director deportivo blanquiazul elogió a Larrubia por su «predisposición» y «sentido de pertenencia», reivindicando que «es la mejor noticia para el club». Como dos fuerzas del destino, tanto jugador como club se enmarcan en un futuro compartido, aguardando que sus caminos sigan unidos el mayor tiempo posible.
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Proyecto de club: Construyendo desde la raíz
Desde su llegada hace más de dos años, Loren ha sido la brújula que guía la visión del club. Larrubia representa el modelo que desea construir: un Málaga que crece desde su cantera, un semillero de talento que da frutos constantes. En palabras de Loren, “los jugadores de La Academia son la piedra angular”. Al igual que un sólido cimiento, es fundamental para que el club florezca y sea visto como un destino final y no un mero trampolín. «Esperamos convencer a los jóvenes de que este es su lugar», añadió con determinación.
Marcha del equipo: Un camino pedregoso
El equipo blanquiazul atraviesa un bache deportivo, con tres derrotas consecutivas. Sin embargo, Loren lanza un «mensaje de confianza y seguridad», destacando el buen rendimiento previo. «El fútbol es caprichoso, como una montaña rusa», comentó, señalando que en enfrentamientos como el contra el Granada han demostrado potencial. «No hemos sido fáciles de vencer, pero debemos retomar nuestro mejor nivel», subrayó con la firme creencia de que pronto volverán a subir la marea.
Confianza en Pellicer: El timón sigue firme
Sobre Sergio Pellicer, Loren fue claro: la confianza en él es inquebrantable. «Sabéis cómo creo en los modelos. Lo importante es recuperar el tono del equipo», afirmó, mostrando su deseo de que el Málaga recupere sensaciones y vuelva a encarrilar victorias. «Lo demás no me preocupa», sentenció, demostrando la fe en que la camiseta blanquiazul seguirá rodando con orgullo por los campos de España.
